CIUDAD DE MÉXICO, 19 de junio (Sin Embargo).– Hugo López-Gatell Ramírez, titular de la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud, dijo esta noche que es necesario hallar los equilibrios necesarios y que las personas salgan de forma organizada y supervisada.
“Si hay un rebrote de la epidemia, se retiran actividades de la vida pública para que disminuya la carga de la enfermedad. Esta dinámica se seguirá en todo el mundo”, señaló durante la conferencia en el Palacio Nacional.
“La epidemia continúa y hay que ser extremadamente prudentes en la reanudación de actividades en la vía pública. Necesitamos que las personas tengan el sustento diario porque la mitad del país vive al día. No entraremos en la falsa dicotomía de proteger la salud o la economía”, agregó.
“Recomendamos a la población seguir incorporando la prevención como una actitud, un comportamiento permanente de la sociedad. Las herramientas para prevenir son relativamente simples: el lavado de manos y la sana distancia”, dijo.
Cuándo realizar una prueba de coronavirus
El subsecretario de Salud aclaró que el momento ideal para realizar una prueba de coronavirus es entre el quinto y el séptimo día posterior al contacto con una persona contagiada.
La aclaración surgió en la ronda de preguntas por parte de la prensa y el funcionario precisó que los días que se deben dejar pasar antes de realizarse la prueba son para evitar falsos negativos.
“El virus SARS-CoV-2, cuando entra al organismo, empieza a replicarse. Si yo hago la prueba a los 25 minutos de que alguien posiblemente me contagió, la prueba va a salir negativa. Si me la hago al día siguiente, alta probabilidad de que siga siendo negativa. Si me la hago al día dos y al día tres, y hay un tiempo específico que está precisamente entre el día tres, con todavía baja probabilidad, y el día siete, con una probabilidad mayor. El ideal es entre el día cinco y el siete para hacer la prueba”, explicó.
Agregó que la cantidad o proporción de falsos negativos (pruebas que salen negativas cuando en realidad sí existía la infección) es muy alta si la prueba se toma tempranamente, “luego se reduce cuando la prueba se toma en el tiempo ideal y luego vuelve a aumentar si ya pasó demasiado tiempo y el virus se empieza a eliminar por el sistema inmune”.
“La cantidad de falsos negativos es muy alta si la prueba se toma tempranamente, luego se reduce cuando la prueba se toma en los días, en el tiempo ideal y luego vuelve a aumentar si ya pasó demasiado tiempo y el virus empieza eliminarse por efecto del sistema inmune”, concluyó.
Por otra parte, explicó que es el oxímetro de pulso, o pulso oxímetro, y cómo ayuda a los pacientes contagiados del nuevo coronavirus.
De acuerdo con las palabras del López-Gatell o, el aparato –característico por tener forma de pinza que se coloca generalmente en el dedo índice– es un dispositivo electrónico que “registra de manera indirecta el porcentaje de oxigenación de la sangre”.
El epidemiólogo especificó que el oxímetro produce una señal de luz y registra la intensidad de la misma para obtener los resultados de oxigenación en sangre.
“La sangre humana en condiciones convencionales, de acuerdo a la concentración de oxígeno que hay en el aire ambiente, que normalmente es del 21 por ciento, la sangre humana puede registrar un valor que generalmente está un poco por debajo del 100 por ciento. Cuando respiramos aire ambiente podemos tener oxigenaciones que van desde 95 a 98 por ciento. Esto varía de acuerdo a la altitud, en nivel del mar, las zonas costeras se alcanzan porcentajes de oxigenación mayores, 98, 99 por ciento, raramente 100; en zonas muy altas como la Ciudad de México se pueden alcanzar 94, 95 por ciento, y en general por debajo de 90 se considera anormal”, detalló.
Subrayó que su utilidad ante la COVID-19 se debe a que la enfermedad puede causar un daño grave a los pulmones (recordemos que al inicio, los casos de SARS-CoV-2 se clasificaban como neumonías atípicas) y “la función fundamental de los pulmones es introducir oxígeno a través del aire, a partir del aire que entra a los pulmones y transferirlo a la sangre”.
“Cuando la COVID causa daño a los pulmones es útil monitorear, vigilar, que el porcentaje de oxigenación no baje de ciertos valores críticos, como podría ser por debajo de 90, definitivamente no por debajo de 85”, reviró.
Gatell aclaró que en ello radica la función del oxímetro, pues si se hace un monitorio del oxígeno presente en la sangre, habrá una mayor oportunidad de atender más rápido al paciente y reducir el peligro de muerte.