Síguenos

Opinión

Cloaca de malas noticias

Diligente porque sus intereses pecuniarios se ven afectados, a fines de diciembre (2018) el Vaticano instruyó a su hombre en Austria, Franz Lackner, arzobispo de Salzburgo, investigar acusaciones de malversación de fondos y de mala praxis imputadas a Alois Schwartz, obispo austriaco de Sankt Pölten, en los días (de 2001 a 2018) en que estuvo a cargo de la sureña diócesis de Gurk-Klagenfurt, a raíz de señalamientos formulados por altos jerarcas clericales en una conferencia de prensa sobre la ambigua relación de aquél con la directora de un instituto educativo eclesiástico que derivó en maledicencia con erosión de su autoridad moral, pero también en vulnerabilidad a la extorsión por faltar al voto de castidad; así como su deficiente administración que causó pérdidas millonarias en euros.

El arzobispo de Salzburgo aseveró que la investigación eclesial iniciará a mediados de enero buscando recuperar la fe de su grey. Por su parte el obispo Schwartz refutó las acusaciones y se dijo dispuesto a cooperar con las pesquisas, al tiempo que rechazó de plano los cuestionamientos a sus votos. En 2004, la arquidiócesis de Austria vivió una calamidad parecida viéndose obligada a clausurar un seminario a causa de conductas sexuales censurables generalizadas de sus inquilinos, así como su consumo de pornografía infantil. En cuanto a enjuagues de dinero, la Iglesia tampoco es ayuna en escándalos, baste citar el pantanal derivado del Banco Ambrosiano. El llamado ‘Banco de Dios’ o ‘de los sacerdotes’ una verdadera transnacional (Italia, Luxemburgo, Perú y oficinas en diversos países suramericanos) fundada en Milán (1896), llamado a servir a “organizaciones morales, trabajos piadosos, y cuerpos religiosos instalados para las ayudas caritativas”, pero cuyo viscoso fin en 1982 precedido por fraudes, evasiones fiscales, ingeniería financiera, empresas fantasmas, asociaciones con la mafia y asesinatos (incluso se sospecha que fue causa de la repentina muerte de Albino Luciano –alias ‘Juan Pablo I’– en 1978) lo mostró bien distinto bajo el liderazgo de Roberto Calvi, su presidente y del presidente del Banco del Vaticano (accionista mayor de Banca Cattolica del Veneto) Paul Marcinkus, cardenales, obispos y prelados de alto rango de la Iglesia católica, Michele Sindona –empresario y banquero siciliano conocido por sus conexiones con la Cosa Nostra, quien propició la infiltración de la logia masónica P2 vía integrantes de la banca, políticos, periodistas, jueces, militares–, para jugar un rol esencial en el financiamiento de la huelga de obreros de ‘Solidaridad’ en los astilleros de Gda?sk, Polonia, así como en el caso (Irán)Contras en Nicaragua; siendo al cabo sustituido (agosto, 1982) por el Nuevo Banco Ambrosiano a cargo de Giovanni Bazoli. El Banco de Italia, rector del sistema financiero, en un informe (1978) había advertido que el Ambrosiano iba al precipicio motivando investigaciones criminales, pero la ultraderecha ejecutó al magistrado milanés Emilio Alessandrini a cargo de ésas.

Hacia 1982 fue descubierta la inexplicable procedencia de 1 mil 287 millones de dólares en la institución por lo cual el banco central asumió su control tras la fuga al extranjero, con documentos falsos, de Calvi cuya secretaria privada, Graziella Corrocher, dejó una nota suicida en que lo incriminaba; el propio Calvi fue luego hallado colgado de un puente Blackfriars en Londres. Igual un alto directivo de la compañía Clearstream –Gérard Soisson– relacionado con las transacciones fue hallado muerto en Córcega poco tiempo después. Como el pago de intereses a inversionistas y cuentahabientes cesó, hubo polémica sobre quién era responsable de las pérdidas; el Vaticano pagó cientos de millones de dólares a los acreedores del Banco Ambrosiano (entre ellos al Banco de la Nación del Perú), sin aceptar responsabilidad formal al encontrarse en los archivos ambrosianos un ‘comfort letter’ firmado por el IOR en respaldo de las operaciones de Calvi y los depósitos ‘back to back’.

A todo este desaseo se añade la cínica pero esclarecedora declaración hecha en octubre de 2018 (pero compartidas por los medios el 2 de enero de este 2019) por el cardenal João Braz de Aviz, ‘Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Religiosa y las Sociedades de Vida Apostólica’, entrevistado por ‘Vida Nueva’, revista católica, confirmando que el Vaticano sabía desde 1943 –hace 70 años– con base en documentos las conductas delictivas de Marcial Maciel Degollado, fundador de los ‘Legionarios de Cristo’ y de la asociación seglar ‘Regnum Christi’ con sus ramales para adolescentes ‘Educación, Cultura y Deporte’ y ‘Catholic Youth World Network’, quien finalmente apartado de su ministerio moriría impune en 2008 luego de descubrírsele robos, consumo y tráfico de drogas y numerosos casos de abusos sexuales a menores, incluidos algunos de los hijos que tuvo con dos mujeres. Su cercanía con Karol Wojtyla (alias ‘Juan Pablo II’) y Joseph Ratzinger (alias ‘Benedicto XVI’) y los millones de euros que aportaba a la iglesia, lo hicieron conocido “apóstol de la juventud” –se habló, incluso, de elevarlo a los altares. No menos grave es el anuncio de que Gustavo Óscar Zanchetta, obispo argentino, “asesor desde 2017 del Vaticano para la gestión de su patrimonio inmobiliario”, es investigado acusado en otoño de 2018 por seminaristas de abusos sexuales. Cercano del otrora capellán del ejército argentino y ex confesor del dictador Gral. Rafael Videla, luego obispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio Sívori (alias ‘Papa Francisco’), habiendo sido cuestionado por su autoritarismo en su país renunció a la dirección pastoral de la diócesis de Orán, Salta (a la cual lo designó el Papa), en agosto de 2017, a los 53 años, por “dificultades” y “relaciones muy tensas” con el clero diocesano. Luego de una estadía en España, el Sumo Pontífice lo nombró (diciembre, 2017) para un cargo creado que “no implica responsabilidades de gobierno”. Con base a las acusaciones e información publicada por los medios, el actual obispo de Orán recabó testimonios que turnará a la Congregación para la Doctrina de la Fe y de confirmarse que hay elementos para abrir proceso, el caso será enviado a la comisión especial para los obispos”. Entre tanto las funciones del obispo Zanchetta en el Vaticano quedan suspendidas.

Siguiente noticia

Libertad y humanidad