Gilberto Balam Pereira
La 4ª. Transformación vino a darle notoriedad a las diferencias que pueden existir en la forma de un gobierno neoliberal que transita a otra forma que aspira a ser su antítesis: la democracia, el rescate de las injusticias y el abandono de los amplios sectores de gente que se debaten en las evidentes muestras de vida miserable.
Permítanme, mis estimados, hacer un brevísimo repaso de algunas diferencias de las dos formas de gobierno externadas; por razones de espacio, esta colaboración es de la extensión que puede permitir una colaboración periódica en nuestro diario.
Del desempeño de Peña Nieto
Con Peña Nieto se multiplicó el número de homicidios dolosos, así como el de feminicidios.
Y los mexicanos que se debaten en la pobreza, lindan en la cifra de 60 millones.
El régimen de EPN pasa a la historia como el más inepto gobierno que lejos de gobernar para el desarrollo del país, consolidó una reducida oligarquía que se encargó de sustraer los recursos de subsistencia de la población. Todos los ámbitos sociales fueron victimados por el latrocinio sin medida del que se ocuparon los elementos del gabinete y sus amigos, sin ningún recato dejando sin atención los problemas más elementales de la ciudadanía.
Peña presentó la propuesta de 11 reformas estructurales aprobadas en el Pacto por México con 85 modificaciones a la Constitución, reformas como la Energética y la Educativa que se perdieron en el vacío del fracaso.
La deuda pública en el sexenio 2012-2018 alcanzó la escandalosa cifra de más de 10 billones de pesos. Sin ninguna obra pública.
Las cifras discretas del huachicol de sexenios pasados se elevaron un 75% según los expertos.
Peña vendió plantas de hidrógeno a las refinerías de Tula, Hidalgo, y Cd. Madero, Tamaulipas.
Por un dineral de millones de pesos vendió enormes fuentes de agua, ríos y extensas superficies de playas en zonas privilegiadas.
Y nos preguntamos ¿cuándo esta pandilla de ladrones se declararon los dueños del país? Una auténtica mafia de degenerados.
Aproximémonos a la 4ª. Transformación
A diferencia de EPN la productividad de López Obrador es tal que, en menos de tres meses, la población ya festeja sus logros, a saber:
Cancelación del NAICM.
Canceló desorbitantes pensiones de ex presidentes, magistrados y otros funcionarios.
Suprimió aviadores del SAT.
Canceló la Reforma Educativa.
Bajó el precio de la gasolina en la zona fronteriza.
Creó múltiples beneficios para los jóvenes y ancianos.
Canceló los organismos directivos de las estancias infantiles. En 9,582 centros que recibían apoyos del gobierno, casi 7 mil eran focos rojos y debían ser cerradas. Recibían todo el presupuesto sin que hubiera asistencia de niños, eran estancias fantasmas.
Subió el salario mínimo.
Combatió la corrupción del huachicol con éxito.
Propuso la iniciativa de la Guardia Nacional. Han sido numerosas las opiniones sobre este tópico, muy importantes.
Está investigando y atacando la corrupción en la CFE, como lo sigue haciendo en Pemex con muy alicientes augurios.
Reacciones con motivo de la 4ª. Transformación
Como era de esperarse, cualquier cambio logrado en una alternancia es motivo de reacciones de coraje, hostilidad, calumnias y hasta amenazas de agresión y muerte.
Ha surgido el frente anti AMLO conformado por el PRIAN, PRD, Movimiento Social, ex presidentes y algunos empresarios.
La “guerra sucia” desplegada por esta gente cuyos intereses se han visto afectados, ha causado, por el contrario, una gran respuesta de apoyo de los seguidores de López Obrador sobre todo en las redes sociales. La intensidad del apoyo otorgado al Presidente es de gran optimismo y las encuestas al respecto siguen favoreciendo los cambios que está logrando el gobierno federal.
Han externado también su apoyo el Consejo de Inversionistas Privados, gobernadores y hasta grupos de narcos como el Cartel de Sinaloa cuyo dirigente Cobra dio la bienvenida hace dos días a AMLO en territorio “propio” del clan. “Colaboraremos con usted si de mejorar las condiciones del pueblo se trata” le dijo Cobra.
Neutralizar las maledicencias
de la “guerra sucia”
Durante las largas décadas de mi existencia, debo comentarles mis estimados, no había testificado una alusión pública religiosa en ningún discurso presidencial; la alusión devota y de gran fe dirigida a la figura divina de Dios; la semana pasada, en el Palacio Nacional intercaló AMLO en su discurso lo siguiente “que Dios me permita continuar mi desempeño hasta su final y me permita también llevar la justicia a todos los hogares”.
Acto seguido hizo su entrada al salón un rezador indígena con su sahumerio, quien se acercó a la silla presidencial orando y ahumando el sillón más importante del país, cortándose con ello la transmisión del acto público que tenía a su cargo el Presidente.
Ahí tienen un motivo de comentarios, mis estimados creyentes y no creyentes, sobre la actitud mística de López Obrador.