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Opinión

Patria del Siglo XXI

Gerardo Fernández Casanova

La Plaza de la Constitución –el Zócalo– de la Ciudad de México nuevamente se llenó de Patria la noche del pasado 15 de septiembre. El pueblo raso hizo suya la noche y la efeméride para refrendar su afán de ser el protagonista de la historia, ahora en una condición afirmativa y jubilosa, después de muchos años de haberse expresado en protesta por los agravios perpetrados por quienes habían jurado defenderla y sólo actuaron para demeritarla. Hago memoria a las varias veces que el mismo sitio fue ocupado para repudiar el desafuero y los fraudes electorales cometidos contra Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador; la Patria aherrojada y sometida al más criminal pillaje en su contra. Hoy resurge vigorosa y entusiasta, triunfante y segura de su destino: la Patria Mexicana del Siglo XXI.

A la convocatoria del Presidente, el pueblo acudió en libertad, sin acarreos ni simulaciones, con entusiasmo para ejercer su condición de Soberano y para disfrutarla como la gran fiesta de cumpleaños, el propio y el del vecino, el prójimo, entrelazados en el ente colectivo, sea en la proximidad de la presencia física o en la virtualidad de la imagen televisiva. La metamorfosis del individuo al patriota y de la masa reunida a la Patria. Un enorme salto en la construcción de la historia. Enhorabuena.

Con pertinencia, pulcritud y austeridad republicana, el Presidente López Obrador desempeñó el rol de ser el factor común de amalgama de los muchos y los variados. Sabedor del poder que ello implica, supo hacerlo a un lado para, con humildad, ser el receptor del reconocimiento y el cariño del pueblo ahí reunido y vitorear a los héroes y a los postulados patrióticos: la independencia, la soberanía, la paz, la libertad y la justicia, unánimemente coreados por la gente.

Destacó la ausencia de las ofensivas medidas de seguridad anteriormente practicadas cuando los presidentes contaban con ocho mil elementos del Estado Mayor Presidencial para su seguridad personal. Se hizo patente la razón de la frase: “al Presidente lo cuida la gente”. Este simple pero muy significativo hecho, fue la expresión del mayor respeto al pueblo y a su carácter de Soberano. Asimismo el sentido identitario de las expresiones artísticas tradicionales de cada una de las treinta y dos entidades federativas, con su riqueza, como caleidoscopio de formas y colores que se reproducen para formar el mosaico nacional; identidades que se hermanan y se encuentran en torno al México de todos.

A la mañana siguiente, el desfile militar conmemorativo. Lejos de ser la antigua amenaza represiva contra la expresión libertaria, lució y fue recibido como el garante de la seguridad. La Guardia Nacional, en pleno estreno, ocupó el sitio central del evento que afirmó tal concepción y mereció el aplauso del pueblo, sediento de paz y seguridad.

A contrapelo de los agoreros (y promotores) del fracaso y la frustración, el pueblo está feliz, feliz, feliz. No porque haya registrado aún mejora en su mesa y en su bolsillo, sino –creo yo– por encontrarse a sí mismo como actor del cambio profundo que ciertamente les producirá tales mejoras. Sabe que fue su decisión la que prevaleció en la elección del año pasado y se hace corresponsable de los esfuerzos necesarios para transformar una realidad caracterizada por la corrupción, la impunidad y la traición, de manera de acceder a una nueva marcada por la honestidad, la eficacia y el patriotismo. Ese es el motivo válido de su felicidad. Bendita sea.

En otra expresión del simbolismo de las fechas, el Presidente López Obrador entregó al coordinador de los diputados de MORENA la propuesta de la Ley de Amnistía, para que el partido lo convierta en iniciativa a discutir y aprobar por el Congreso. Con este acto se conmemora la liberación de los presos en la cárcel del pueblo de Dolores, previo al llamado Grito de Independencia iniciador de la gesta emancipadora. La ley propuesta es de carácter federal aplicable, por tanto, sólo a los reos de delitos federales que satisfagan los requisitos establecidos. Es de esperarse que las entidades federativas repliquen para su respectivo fuero común las disposiciones del fuero federal. Es este un paso elemental de justicia para la importante masa carcelaria que no contó con los recursos para defenderse o que cometieron delitos leves que no implican peligro para la sociedad.

Se va redondeando el conjunto de acciones que colocan al pueblo en el centro de la acción pública, significativas de la IV Transformación.

Correo electrónico: gerdez777@gmail.com

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