Hugo Carbajal Aguilar
A propósito del fin de año e inicio de otro, vamos a comentar estas reclamadas y airadas quejas nacidas del encabronamiento, así me lo hacen saber, de cuadernos de doble raya enterados e informados, y no me refiero a profesionistas de ninguna índole sino a gente común, no corriente, porque se nutre en discusiones profundas y argumentadas nacidas de sus diferentes lecturas. No sin rabia contenida, por supuesto.
Juanito, Manolo y Chilo son quienes más se distinguen por su sensibilidad y su compromiso popular. Vamos a citar sus declaraciones plenas de sentido político, de responsabilidad social y de análisis crítico permanente, como puede advertirse desde el título que da nombre a este escrito.
En el año de 2009 inician, se cometió un golpe de Estado en Honduras contra su presidente Manuel Zelaya y todo porque empezó a aplicar un programa económico de carácter social en favor del pueblo. Ese fue su pecado por el que fue derrocado prácticamente. Cuatro años después se lanzaron contra Fernando Lugo en Paraguay, un sacerdote que era Obispo, que dejó su compromiso eclesial y se inscribió en la lucha política. Un golpe parlamentario y de los medios le hizo correr la misma suerte.
Ya encarrerada esta Derecha Transnacional se le van a la yugular a Dilma Roussef, en Brasil, quien fue obligada a dejar el cargo para instalar a un pelele marioneta de las empresas transnacionales, Michel Temer, quien se prestó a armar un tinglado penal contra Luiz Inacio Lula, para acusarlo y encarcelarlo, y así impedirle ser candidato a la presidencia que seguramente ganaría.
Y sigue la mata dando porque Lenin Moreno, en Ecuador, traicionó a su pueblo y se entregó en manos de Washington. Bolsonaro de Brasil, Iván Duque de Colombia, Sebastián Piñera de Chile al igual que el de Paraguay y el de Perú se arrodillan ante el imperialismo yanqui.
Triste y dolorosamente, en Uruguay se instaló la Derecha. El 1 de marzo asumirá la presidencia Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional, un abogado que sólo trabajó como legislador y votó siempre contra los derechos sociales aprobados en el Congreso uruguayo. En Guatemala siguen los conservadores, en El Salvador el FMLN perdió frente a un empresario de nombre Nayib Bukele.
Ecuador, Chile y Colombia se levantan contra estos entreguistas. Venezuela se ha defendido y por eso no se les ha hecho. Como pueden darse cuenta los que quieran ver, los gobiernos de Honduras, Paraguay, Brasil, Uruguay y Ecuador sólo estaban impulsando una política económica con programas sociales, al igual que Bolivia, rescatando a sus pueblos de la postración económica y cultural en que se encontraban, a pesar de las riquezas naturales de cada una de estas naciones hermanas. ¡Vaya! No es un proyecto económico socialista ni mucho menos, sino simplemente la recuperación del papel del Estado en la economía para atender directa y obligadamente a los trabajadores y resolver en parte sus más apremiantes necesidades.
Pero esta Derecha reaccionaria, conservadora, jija de su edad media y de todo su mal dormir, acusa sin más a estos presidentes de comunistas y de todos los pecados que se les pueden ocurrir.
Manolo dice que el problema grave que tienen estos gobernantes antineoliberales es que no pueden ejecutar sus proyectos o programas sociales por mínimos que sean o parezcan, porque a los reaccionarios les brinca cualquier intención de favorecer al pueblo, dicen que son populistas aunque nunca saben qué quieren decir con eso. Al negro Chilo, una amiga le dijo que López Obrador es comunista con toda la intención y el propósito de que se escandalizara. Se imagina que es ateo, tiene pacto con el diablo y almuerza niños, tal y como lo hacía Fidel Castro.
Son fanáticos, una horda de fanáticos, dice Juanito. Ojalá leyeran a Don José Saramago o a Eduardo Galeano para que se les iluminaran sus puritanas cabecitas.
Esta izquierda –así llamada– latinoamericana, que ha recibido la etiqueta de comunista, no ha ido a la raíz de los problemas y sólo ofrece remedios contra las consecuencias sociales. Sus propuestas han acabado siendo sólo Buscapinas económicas, ketorolacos financieros, Aspirinas monetarias para los dolores de cabeza y corporales acompañados de fiebres intermitentes que sufren los pobres y que son provocados por el cáncer de este salvaje, depredador, perverso y mortal capitalismo neoliberal.
Se ven, entonces, obligados a administrar este modelito atrabiliario porque no pueden impulsar la construcción del socialismo. Por ejemplo, el EZLN y el CNI han denunciado como megaproyectos eminentemente capitalistas los propuestos por este gobierno, particularmente lo del Tren Maya y el Transístmico. Argumentan que sólo van a beneficiar a grandes empresas y previenen del brutal impacto que provocará el turismo masivo en los pueblos originarios, así como el daño ambiental a grandes sitios naturales. Todo eso es otro punto de discusión que debe abordarse con suficiente argumentación sin perder de vista la información al pueblo, un pueblo que a veces raya en lo pendejo y que no debe perder de vista el objetivo principal si no, imagínense regresar a los brazos del Prian o del mismo domesticado PRD. No, ni maíz…
A pesar de todo no podemos perder la oportunidad, ya que lo verdaderamente grave es que aunque tengamos un gobierno distinto ahora, el peligro de tirar todo por la borda está latente. Desde Honduras hasta el último ejemplo de Bolivia, las circunstancias de este bandidaje internacional nos deben alertar.
Terminan con esto que es escandaloso: Y vean a la bola de arrastrados que son de admirar. Aparte de festejar los insultos del expresidente de Bolivia, más de uno de ellos haría fiesta por un Golpe de Estado en México, ya ven a Sergio Sarmiento, a los tales por cuales de los Lozanos, Gilberto el de los videos y Javier el exsecretario que despidió a 45 mil trabajadores del SME, a los intelectuales Aguilar Camín, Krauze y otros y a su santón Vargas Llosa que fue a felicitar a Macri cuando ganó en Argentina y ahora la dejó para el arrastre.
Estos reaccionarios traidores a sus propios pueblos, entreguistas y prostitutos, no tienen llenadera, no tienen límites ,vamos no se miden estos jijos de toda su… Van por todo y por toda Latinoamérica. Es la lucha de un proyecto de muerte contra nuestro proyecto de vida.
Nils Castro dice: Convertir la indignación en militancia política. Seguiremos aprendiendo de los trabajadores como éstos, claro.