
Mucho llama la atención el inicio tardío de la caída de lluvias en Yucatán. En las zonas Noroeste y Oeste, donde se encuentra Mérida, prácticamente no se habían presentado. Muchos se preguntaban por qué no había llovido en la ciudad, pese a que los pronósticos indicaban que ya debería estar lloviendo con frecuencia. Para explicar qué está pasando vamos a analizar las condiciones meteorológicas que ocurren en esta zona del estado.
Para empezar, la actividad de una gran ciudad como Mérida crea una emisión de calor impresionante provocado principalmente por la falta de árboles y la presencia de planchas de concreto y pavimento -además de las actividades humanas-, que provocan un sobrecalentamiento y crean una gran burbuja de calor que alcanza más de 5 km de altura.
Ese es uno de los principales detonantes de que las condiciones meteorológicas se alteren y provoquen fenómenos extremos que pueden dañar la infraestructura y poner en peligro la vida humana; esa burbuja de aire caliente sobre Mérida es una de las causas de que las lluvias no caigan con frecuencia. La otra es el viento del Noreste (brisa) que sopla del mar y llega a la capital yucateca.
El vapor forma las nubes por el calentamiento diurno: las moléculas de vapor ascienden y forman nubes, que a cierta altura provocan las lluvias, es el proceso natural. Y la otra es por la entrada de humedad de los océanos, que forman mantos nubosos que causan lluvias en la Península, en particular en Yucatán. La burbuja de aire caliente sobre Mérida provoca tres situaciones: La primera es que, al llegar los mantos nubosos, hace un corte natural a las nubes debido a que se “cuela” aire caliente seco, ocasionando que se dirijan a los costados y dejan a la ciudad sin precipitaciones. La segunda es que al llegar los mantos nubosos provocan que las nubes pierdan humedad y sólo llueva en los linderos de la ciudad; más adelante las nubes se vuelven a cargar de humedad y llueve en zonas delante de la ciudad, cruzando las nubes y provocando viento. En la tercera, y más peligrosa, las nubes tienen un choque térmico con mantos nubosos formando nubes a mayor velocidad liberando esa formación con mucho viento y lluvias, que provocan daños a infraestructura, ponen en peligro la vida de personas y dan lugar a los wind burst (ráfagas de viento) o mini tornados.
Cabe señalar que esta burbuja de aire caliente con cambio climático es de fácil recuperación y no desaparece fácilmente, y lo que provoca permanece prácticamente todo el año.