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Quintana Roo

Desorden total en el transporte público

Por Yolanda Gutiérrez

 

Desorden total en el transporte público, al cobrar los taxistas y chóferes de camiones el costo que más les conviene, sin respetar las tarifas oficiales, esto ante la falta de alguna instancia o dependencia efectiva que vigile que se respeten los precios.

En el caso de los chóferes de los camiones, la mayoría no devuelve los 50 centavos sino que redondean a los 10 pesos; mientras que los taxistas, desde meses atrás, tomaron la costumbre de cobrar como mínimo cinco pesos más de lo que marca el tarifario. Su argumento: que los tabuladores se modificaron y ese es el precio oficial, pese a que no hubo autorización previa por parte de la SCT.

Y aunque muchos ciudadanos han acudido al Sindicato de Taxistas para interponer su queja ante estos abusos, la realidad es que solo se sanciona a los “martillos”; mientras que si un socio cobró de más, no pasa absolutamente nada, con lo que la misma directiva solapa este tipo de actitudes, que solo provocan que muchos ciudadanos lamenten la salida de la plataforma Uber.

Mientras los taxistas tuvieron esa competencia, hubo bastantes que tomaron conciencia y empezaron a dar mejor servicio, pero cuando se vieron otra vez con el monopolio, retornaron a incurrir a las viejas prácticas de “no me queda” o, simplemente, pasar de largo al considerar que la dejada no les sería redituable.

No es de extrañar, con este panorama, que persistan las quejas ciudadanas respecto al pésimo servicio que ofrecen muchos taxistas y las concesionarias de transporte público, así como por la escasa capacitación de una gran parte de los chóferes, especialmente de TTE, que se han convertido en un peligro al volante.

Y pese al reordenamiento en los paraderos ubicados en la zona de El Crucero y sobre la avenida Tulum, los transportistas siguen estorbando la libre circulación y afectan a los pasajeros con su costumbre de hacer sitio en áreas que son exclusivas para el ascenso y descenso del pasaje, ante la nariz de los elementos de Tránsito, más ocupados en extorsionar a los conductores que en regular el funcionamiento de los paraderos.

Poco les importa a los chóferes que las personas que esperan a que las unidades, especialmente las tipo urban de TTE, se estén muriendo de calor a causa de la escasa ventilación, ya que las pequeñas ventanas resultan insuficientes y aunque los vehículos tengan aire acondicionado, en muy contadas ocasiones alguno que otro operador del volante se digna a encenderlo, con el argumento de que se gasta más combustible.

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