Por Romana Mora
TULUM, 18 de octubre.- Pese a que las condiciones del clima no son atractivas para los visitantes, el jueves arribaron a las playas públicas, lo que les ha permitido a los prestadores de servicios laborar a duras penas en un 20 por ciento, tras las lluvias registradas. Turistas nacionales arribaron a la costa incluso, tras ser engañados por los famosos “enganchadores” y se quejaron de maltrato.
Fue el martes pasado cuando se informara la prohibición para operar a las pequeñas lanchas, a consecuencia de una fuerte marejada en esta zona del mar Caribe, aunque el miércoles les fue notificado quedaba abierta la operación, aunque con mucha precaución.
Francisco Cámara informó que llevan dos días con baja actividad, prácticamente no lograron ventas, debido a la llegada de muy pocos bañistas a las playas de acceso público, aunado a las condiciones del clima como ocurrió en martes cuando no laboraron.
Agregó que el miércoles, se notó mejor el clima, pese a ello fue casi nula la presencia de visitantes, y aunque el jueves las condiciones se observaron que empeoró, hubo un ligero repunte apenas para alcanzar el 20 por ciento que, a decir de los mismos, de seguir así no sale ni para gastos operativos y temen que al arreciar los vientos de nuevo suspendan actividades.
A pesar de que la actividad es baja a decir de turistas nacionales, fueron maltratados, sin abundar en detalles, por los prestadores de los servicios náuticos, están llevando un mal sabor de boca.
Luego que adquirieron sus boletos para el servicio de tours de esnórquel en la zona de arrecifes, a través de los famosos enganchadores, que les mintieron para poder vender los boletos.
Con el argumento que no podía contemplar la zona arqueológica por vía terrestre, tenía que ser por el mar a modo que adquieran el boleto de tours.
De igual forma la familia agraviada dijo que les engañaron, tras informarles de no trasladarse a la zona arqueológica de Chichén Itzá, ya que se mantenía cerrado, pero luego indagaron y se percataron que han sido engañados por los denominados “enganchadores”, que desde tiempo atrás realizan tales prácticas, sin que la autoridad proceda.