Por Yolanda Gutiérrez
ISLA MUJERES, 10 de noviembre.- Han pasado más de 15 años desde que representantes del grupo hotelero Sunset, encabezados por Benjamín Ovalle Cervantes, Arturo Marcelín Martínez y Héctor Da Silva, invadieran terrenos privados en el fraccionamiento Francisco Javier de la codiciada Isla Blanca, sin que a la fecha los legítimos propietarios hayan podido recuperarlos.
Leticia Rubello Garza, una de las afectadas, ya está cansada de dar vueltas y más vueltas en busca de una solución; administraciones municipales van y vienen y la única que tomó cartas en el asunto fue la encabezada por Paulino Adame Torres, que en el año 2002 emprendió un fuerte operativo para recuperar los predios, así como las vialidades de las que el ayuntamiento había sido despojado igualmente por los invasores.
De poco sirvió el esfuerzo porque en febrero del año 2007 de nueva cuenta instalaron malla ciclónica alrededor de los 18 lotes, aprovechando la negligencia de las dos pasadas administraciones y designaron a un cuidador de los terrenos, que impide el paso a los legítimos propietarios quienes, desde ese entonces, no han podido tener acceso a sus predios.
Los antecedentes
La historia del despojo es larga y se remonta casi a principios del siglo, cuando los representantes del grupo Sunset vieron en Francisco Javier el lugar ideal para levantar un complejo turístico… sin importarles que los terrenos en cuestión tuviesen propietario.
Leticia Rubello explicó que adquirió el lote 139-C en dicho fraccionamiento de Isla Blanca y es apoderada legal de otros dos predios, cuyos propietarios radican en Madrid y la Ciudad de México respectivamente y aseguró que los tres terrenos cuentan con escritura pública, cédula catastral y pagos de predial desde su adquisición en el año 1991.
La propietaria ha denunciado hasta el cansancio que gente sin escrúpulos, como califica a Benjamín Ovalle, Arturo Marcelín y Héctor Da Silva, invadió y cercó un total de 18 lotes, además de cerrar calles y vialidades trazadas dentro del fraccionamiento.
Recordó que en el año 2002 el Ayuntamiento de Isla Mujeres llevó a cabo un operativo, que fue encabezado personalmente por Paulino Adame y el entonces director de Seguridad Pública, Gumersindo Jiménez Cuervo quienes, con el apoyo de la corporación policial, retiraron las cercas que invadían, además de terrenos particulares, seis vialidades municipales.
Además, durante su período se entregaron a los legítimos propietarios certificados de posesión y explotación, que de muy poco les sirvieron porque, ante la apatía de las siguientes administraciones municipales, que poco o nada han hecho para resolver el problema, los invasores volvieron a cercar desde el año 2007, también cerrando vialidades.
El caso llegó al Ministerio Público, donde se inició la averiguación previa (hoy carpeta de investigación) 842-02-07 y el mismo MP llegó a la conclusión, por las pruebas presentadas, que Leticia Rubello es la auténtica propietaria, pero no consignó el expediente y el mismo procurador, entonces Bello Melchor Rodríguez Carrillo, cerró el caso sin ofrecer una solución real, salvo la confirmación de que la quejosa era la dueña.
“En 30 años he pagado tres veces por la certificación de medidas y colindancias porque los invasores retiraron en el 2007 las mojoneras que delimitan el predio, además en el 2009 desmantelaron mi palapa, sin contar con que en el 2003 también me robaron la madera de mis cercas, es un dolor de cabeza”.
Leticia Rubello detalló que la titular de la notaria número 22, Yolanda Solís, incurrió en una clara irregularidad, en virtud que con fecha 26 de enero del 2003 le expidió una fe de hechos de su lote 139-C por la que le cobró cinco mil pesos, pero también elaboró otra fe de hechos, en fecha diferente, a nombre de Benjamín Ovalle por el mismo predio.
En ese mismo año la policía detuvo a un tal Alexis Herrería, quien confesó que Héctor Da Silva le había pagado 500 mil pesos por asesinar a cinco personas, entre ellas Paulino Adame y Leticia Rubello, además de otros propietarios de terrenos invadidos.
Quiere justicia
En tiempos de Agapito Magaña la solución que se le ocurrió a la autoridad fue “catafixear” su predio invadido por otro en la línea de playa, a lo que Leticia Rubello se negó, con justa razón, porque ella compró en la segunda fila y no le interesa en lo absoluto tener un terreno pegado al mar, sino recuperar el que con mucho esfuerzo compró, que pese a la invasión cuenta con el predial al corriente, además de escrituras, cédula catastral y toda la documentación que la acredita como legítima propietaria.
El pasado 31 de octubre se presentó en Isla Mujeres aprovechando la presencia del gobernador Carlos Joaquín González y, aunque no pudo hablar directamente con el Ejecutivo, le entregó una carta exponiendo su problema; además tuvo la oportunidad de entrevistarse con el alcalde Juan Carrillo, quien le aseguró que respetaría las colindancias del predio de acuerdo a sus escrituras.
Pero el problema de fondo, la invasión, no se resuelve; los terrenos permanecen cercados y los legítimos propietarios sin acceso a sus predios.