Redacción Diarios POR ESTO!
CHETUMAL, 14 de noviembre.- Tras saberse que el individuo que asesinó al agente policíaco Manuel Felipe Nery Blanco Méndez, en la ciudad de Mérida, Yucatán, es uno de los hijos de J.B.G.M, de 75 años de edad, secuestrado el pasado miércoles 7 del presente mes, en el crucero de Caobas, municipio de Othón P. Blanco, en Chetumal y el propio poblado trascendió la versión de que el septuagenario fue liberado por sus captores el mismo martes en la capital de Yucatán, luego de que ocurriera el crimen.
Lo anterior, porque al parecer el ataque fue ordenado por un grupo delictivo del crimen organizado, que como alternativa al pago del rescate habría pedido a A. G. C ejecutar aleatoriamente a un policía de Yucatán enfrente de las oficinas de la Fiscalía General de Justicia de ese estado.
Desde hace tres días los familiares del ganadero y transportista J. B. G. M, incluyendo a su hijo A. G. C, abandonaron sus viviendas y prácticamente salieron huyendo de Caobas, para trasladarse a Mérida, a donde los secuestradores habían llevado a su padre.
- G. C, será puesto a disposición del Juzgado de Control en turno, este jueves por la mañana, y mientras tanto ha permanecido bajo la custodia de la Policía Ministerial de Yucatán.
Versiones afirman que tras su detención, A. G. C, dijo que estaba desesperado y que estaba arrepentido, porque le había ido mal, ya que le habían quitado su rancho, secuestraron a su papá y ahora está preso, además de haber afectado a una familia.
“Me desesperé, me desesperé”, expresó, supuestamente, y relató que su padre, que también era transportista, fue secuestrado cuando cubría con uno de sus vehículos la ruta Caobas-Chetumal.
Aproximadamente a las 10 de la mañana, dos sujetos armados lo secuestraron y pidieron un rescate de dos millones de pesos.
Según esta versión, luego de presentar una denuncia ante las autoridades de Quintana Roo, A. G. C, y su familia decidieron que lo mejor era salir del estado y para ello se trasladaron en una camioneta X-Trail hasta el sur de Yucatán, la cual por temor a que los siguieran abandonaron en Ticul, y de ahí viajaron en transporte público hasta Mérida, y desde Plaza El Patio (antes Sendero) pidieron auxilio al 911.
Por cuestiones de seguridad, les enviaron dos vehículos policíacos, uno que abordaron A.G.C, y su pareja y otro en el que iban sus hijos adolescentes.
Pero cuando los vehículos enfilaron hacia el complejo de seguridad del Periférico poniente de Mérida, casi llegando a la Fiscalía, A. G. C, le dijo a su pareja, N. R. P, que iba con él: “Pásame mis pastillas”, que fue la clave de que le diera una pistola que llevaba la mujer en su bolso de mano, con la que les disparó a la cara a los policías, uno de los cuales, murió.
Según se supo, la mujer tenía en su bolsa dos pistolas, las que supuestamente llevaba habitualmente para protegerse.
Con base en el supuesto dicho del detenido, una versión atribuye su agresión a los policías al estrés y paranoia, porque habría perdido un rancho recientemente además de enfrentar el secuestro de su padre.
Pero otra versión apunta a que el ataque fue presuntamente ordenado por un grupo delictivo, como alternativa al pago del rescate de su padre, por lo que le habrían pedido a A. G. C, asesinar a un agente policíaco en Yucatán de manera aleatoria.
Por lo anterior también se dijo que el mismo martes fue liberado en Mérida el padre de A. G. C, versión que llegó a Chetumal y la misma localidad de Caobas.
Y además ha trascendido que, aunado a ser ganadero y transportista, A. G. C, había tenido vínculos con actividades del narcotráfico en el sur del estado.
En la localidad de donde es originario, se sabe que A.G.C, tenía aproximadamente 33 años de edad, y junto con su padre y su hermano R.G.C, de 37 años, tenían el rancho más grande de Caobas, donde se dedicaban a la ganadería y el acopio de miel para comercialización; además de tener “combis” de transporte rural.
J.B.G.M, manejaba la “combi” número 31 de la ruta Chetumal-Caobas, y A.G.C, tenía la unidad con número económico 54, ambas afiliadas a la Untrac.
Ahora, en la localidad afirman que desde hace tres días dejaron de ver a A.G.C, en Caobas, permaneciendo su casa cerrada y sin ocupantes, lo mismo que la vivienda de su hermano.
Personas que conocen a la familia están sorprendidos que A.G.C, haya aparecido en Mérida, pero saben, por comentarios, que ambos hermanos se trasladaron ahí porque supuestamente los secuestradores se llevaron a su padre a la capital yucateca.
También los demás familiares del secuestrado J.B.G.M, de 75 años de edad, ya abandonaron su domicilio ubicado en el poblado Caobas.
Ahí dejaron por lo menos cuatro camionetas y un carro marca Nissan color negro.
Conforme a lo averiguado, inmediatamente después del secuestro de su padre, ocurrido la semana pasada, R.G.C, (hermano de A.G.C) había encabezado una búsqueda por su cuenta, recorriendo con un grupo de personas los ranchos cercanos a Caobas, localidad ubicada en la zona rural de Othón P. Blanco, en los límites con el estado de Campeche.
Tres días duraron los recorridos de ranchos, encabezados por R.G.C, sin que diera con el paradero de su padre.
Por otra parte, se supo que este miércoles un grupo de agentes de la Policía Ministerial de Investigación de Quintana Roo viajó a la ciudad de Mérida para corroborar la relación del hombre y la mujer detenidos por el homicidio, con el secuestro ocurrido en la zona de la comunidad de Caobas, municipio de Othón P. Blanco, el pasado miércoles 7 de noviembre.
Eso en tanto que la Fiscalía General del Estado pondrá este jueves por la mañana a disposición del Juzgado de Control en turno al presunto asesino del joven policía ministerial adscrito a la Unidad de Antisecuestro, muerto a balazos la mañana del pasado martes, justo frente a las instalaciones de la institución en la que laboraba desde hace más de 5 años.
Según se pudo averiguar, el término de ley vence este jueves a las 09:30 horas, por lo que antes será puesto a disposición del Juzgado de Control el presunto victimario del agente de 32 años de edad, Manuel Felipe Nery Blanco Méndez, cuyo cuerpo fue entregado para su velación a sus familiares y enterrado ayer a las 15:00 horas, bajo la pertinaz llovizna, con los honores debidos.
El presunto victimario, A. G. C, enfrentará los cargos de homicidio calificado y homicidio calificado en grado de tentativa cometido contra servidor público, se está integrando la carpeta de investigación a fin de determinarse si se procede también como coautora de los delitos a su pareja, quien presuntamente le entregó el arma con la que le disparó a los elementos cuando se dirigían hacia las instalaciones de la Fiscalía General del Estado.
Sus dos hijos se encuentran bajo resguardo en la Procuraduría de la Defensa del Menor y de la Familia, las investigaciones del asesinato del joven elemento continúan y la pareja ya emitió declaración ante el Ministerio Público, así como también el otro agente de la fiscalía, José Antonio Rodríguez Basto, quien recibió un balazo en la mejilla izquierda.
La Fiscalía General del Estado le formulará imputaciones al presunto asesino y agresor, demandando la pena máxima que rige en el estado, por ser delitos graves, la medida cautelar a imponer es la de prisión preventiva de manera oficiosa.
Como dimos a conocer en forma amplia e ilustrativa, en la mañana del pasado martes 13 de noviembre, cuando agentes de la Policía Ministerial adscrita a la Unidad de Antisecuestro le brindaba auxilio a una pareja proveniente de Quintana Roo, que se decía víctima de un delito de secuestro de un familiar, siendo escoltada por otra unidad en la que viajaban los hijos de la citada pareja, en un momento dado, a escasos 100 metros de la entrada vehicular al edificio de la Fiscalía, según se dice por un ataque de pánico el individuo sacó un arma de fuego del bolso de la mujer y le disparó en la cabeza y en el cuello al agente Blanco Méndez, y le disparó al otro en el rostro.
El vehículo sin control se salió de la cinta asfáltica en la lateral del Anillo Periférico y se estrelló contra la base de un poste de metal de la Comisión Federal de Electricidad.
Tras recibir atención médica la pareja fue puesta a disposición de la Fiscalía y hoy, antes del vencimiento del plazo de 48 horas que establece la ley, será consignado ante el Juez en turno.