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Quintana Roo

Temor por 'efecto cucaracha”

Por Gerardo Reynoso

El crecimiento de la violencia e inseguridad en Quintana Roo ha comenzado a representar un riesgo para el resto de la Península de Yucatán, debido al índice de delitos de alto impacto que se presentan en el Caribe mexicano.

Prueba de ello fue la ejecución ocurrida en Yucatán, donde uno de los dos policías que fueron atacados por una pareja proveniente de la entidad, resaltó el especialista en temas de seguridad, Antonio Romero Lajud.

El catedrático expuso que el problema se torna muy delicado, debido a que la expansión de violencia dentro de la península no sólo será privativa de Quintana Roo y Yucatán, sino que también podría abarcar Campeche.

La expansión de violencia, dijo, obedece a la múltiple presencia de la delincuencia organizada en el sureste del país, que cuenta ahora con células grandes y con pequeños núcleos que generan la violencia en el día a día, principalmente en delitos de impacto en las principales ciudades de Quintana Roo.

“Estamos a punto de ver una expansión de violencia en el sureste del país. La situación de Quintana Roo es tal en materia de inseguridad que ha originado un efecto negativo en los otros estados de la península. Prueba de ello es lo ocurrido con el asesinato de uno de los elementos de la Unidad Antisecuestros de Yucatán”, puntualizó el entrevistado.

Cabe señalar que desde hace tres años los tres niveles de gobierno y en particular el poder Ejecutivo de Yucatán, han trabajado en el proceso de sellamiento de la península para evitar que se propague la violencia en la zona.

Estos trabajos se han derivado debido a que se teme por el llamado “efecto cucaracha” que genera la violencia en un punto en particular, en este caso la inseguridad que registra Quintana Roo como entidad.

De acuerdo con Antonio Romero Lajud, un análisis sobre la realidad de la delincuencia en la Península de Yucatán, la zona sur del país, comienza a padecer delitos de alto impacto de manera paulatina.

Aunque no es del diario, se comienzan a registrar hechos violentos o delitos graves como robo con violencia, ataques sexuales, “secuestros familiares” (sustracción de menores) y ahora ejecuciones.

“El índice y el análisis nos habla de que Quintana Roo ha escalado posiciones dentro del semáforo delictivo nacional, y que Yucatán si bien es cierto que se mantiene en rangos bajos, comienza a tener, de manera paulatina, casos de mayor impacto en cuanto a delitos se refiere. Esto se debe al efecto cucaracha”, señaló el especialista financiero.

El efecto cucaracha se deriva de las estrategias de seguridad y combate a la delincuencia que se realizan a través de distintos operativos, los cuales tienen como prioridad Cancún y la Riviera Maya, donde la presencia de grupos de la delincuencia organizada ha crecido de sobre manera.

 

Combatir el Norte, sufrir en el sur

Para Antonio Romero Lajud, un factor que ha pasado desapercibido y que ha sido detonante de la violencia que se da en proporción dentro del sureste del país y particularmente en Quintana Roo, es que desde el 2010 las fuerzas federales decidieron combatir de lleno a la delincuencia organizada en el norte del país.

Esta acción originó que desde el 2012 a la fecha, los cárteles de la droga buscarán zonas “seguras” para trabajar y refugio en ciudades. Para poder sentar sus operaciones delictivas con un mayor rango de éxito.

Fue así que Cancún comenzó a convertirse en el centro de atención del narcotráfico. De un año para otro, la ciudad que había sido dominada por un solo cártel (El de Sinaloa) entró en disputa directa.

Esta disputa trajo consigo una ola de violencia -propiciada por las ejecuciones de narcomenudistas- que a la fecha mantiene en vilo a los tres niveles de gobierno por la inseguridad que se ha generado.

Los grupos delictivos encontraron en el Caribe mexicano un punto de partida para operaciones, principalmente a través del Aeropuerto Internacional de Cancún; mientras que ciudades como Playa del Carmen se convirtieron en refugio.

Todo esto comenzó a tener repercusiones en otros estados de la península. De entrada, muchas inversiones, negocios y proyectos que se habían planteado en Cancún o Riviera Maya, se trasladaron a ciudades como Mérida, en Yucatán, y a Campeche, Campeche.

Este éxodo económico, explicó Antonio Romero Lajud, también ha representado un reto para las autoridades estatales de los estados vecinos a Quintana Roo, toda vez que se trata de más personas por atender en las entidades.

Aunado a esto, la violencia ha crecido como espiral y es por ello que delitos del fuero común comiencen a registrarse en lugares donde no se daban este tipo de hechos, ya que la expansión de la violencia origina esto.

“Al combatir en el norte, se sufre en el sur, así puede verse el panorama nacional de la delincuencia, donde todos los esfuerzos se centraron en ciudades norteñas y la autoridad federal nunca observó y tampoco previó, que el sur fuera abordado por la delincuencia organizada como actualmente sucede”, finalizó Antonio Romero Lajud.

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