Por Yolanda Gutiérrez
Las precipitaciones registradas prácticamente a lo largo de toda la mañana, con algunos recesos en lo que el cielo nunca se despejó, propiciaron una mínima afluencia en los principales balnearios públicos de la Zona Hotelera, a excepción de Delfines, donde las lluvias no llegaron y el sol brillaba con todo su esplendor.
En esta playa, galardonada con el distintivo Blue Flag, los bañistas disfrutaban de las olas cerca de la orilla, bajo la atenta mirada de los guardavidas.
Algunos surfistas, apostados a unos 50 metros de la costa, esperaban la ola “buena” para remontarla y deslizarse con sus tablas, lo que unos conseguían, en tanto otros batallaban vanamente para ponerse de pie… terminando revolcados por el oleaje.
Como es habitual, en el parador fotográfico una hilera de visitantes esperaba su turno para plasmar el momento con el intenso azul del mar al fondo y las letras de CANCUN al frente; el fuerte sol e intenso calor contrastaban notoriamente con el resto de las playas, en las que la lluvia no dejó de caer prácticamente en toda la mañana.
A lo largo de toda la jornada las precipitaciones tomaron el carácter de intermitentes hasta que, pasado el mediodía, una cortina más gruesa cayó sobre la Zona Hotelera, lo que provocó que los bañistas que aún permanecían en los arenales optasen por retirarse, en tanto que sobre el bulevar Kukulcán los visitantes corrían en busca de un refugio que les resguardase de las precipitaciones.
En los balnearios que suelen frecuentar los cancunenses, tales como Las Perlas, Langosta, Pez Volador y Tortugas la presencia de locales fue casi nula.
Donde sí se observó una mayor afluencia fue en las plazas comerciales, mientras que a lo largo del bulevar Kukulcán los turistas caminaban en grupos, parejas y familias hasta que las lluvias se hicieron más fuertes, momento en que corrieron a guarecerse en lugares seguros.
En Tortugas se observó un mayor movimiento en los muelles de la empresa que ofrece cruces a Isla Mujeres, donde los turistas esperaban el momento de abordar las embarcaciones, mientras que los camiones urbanos que circulan a la altura del Mercado 28 también fueron bastante solicitados por los visitantes.
La escasa presencia de bañistas, aunado al cielo nublado y las precipitaciones, propició que los camastros y sombrillas de los balnearios públicos no tuvieran una buena demanda, con tan sólo alguno que otro ocupado.