Por Luis Enrique Tuz
CHETUMAL, 6 de enero.- Las prácticas monopólicas en la venta de pollo propician una competencia desleal, al bajar el precio del kilo de 45 a 39 pesos, los mayoristas buscan llevar a la ruina a los pequeños comerciantes; sin embargo, esta guerra por los precios beneficia al consumidor final.
En locales especializados en la venta de pollo al menudeo, este domingo amanecieron con cartelones con los precios de 38 pesos con 90 centavos el kilo, en otros a 39 con 90 centavos el kilo y en unos cuantos a 44 pesos con 90 centavos el kilo.
De acuerdo con datos recabados entre los comerciantes, el precio que se oferta hoy está muy por debajo de los costos reales, todo porque una mayoría decidió condicionar la venta a las personas que los surten, aunque no ganen nada.
La intención es acabar con los mayoristas y quedarse con el mercado de la venta del pollo, debido a que las empresas Crío y Bachoco bajaron un peso por kilo; sin embargo, uno de ellos decidió bajarle de golpe y porrazo 7 pesos, situación que se torna una competencia desleal.
Con esta guerra de precios por el control del mercado del pollo al menudeo, obliga a los cortadores a convertirse en “trácalas”, a trabajar sucio y venderle al consumidor un ave de mala calidad, es decir, remojan el pollo para que se hidrate y alcance más peso, por lo que el consumidor lleva a su casa más agua que carne.
De acuerdo con las opiniones de los comerciantes, éstos señalan que recienten una afectación en sus ganancias, sobre todo cuando tienen que pagar impuestos, seguridad social a los trabajadores, sueldos, combustible y otros servicios, y vender el kilo a 38 pesos con 90 centavos no es negocio.
Señalan que el mayorista que está tirando los precios del kilo de pollo es Artemio de la Cruz, mejor conocido como “El Tabasqueño”, quien se está llevando entre las patas a Jorge Romero Sierra y Manuel Quijano Quijano, quienes mantienen sus precios, pero tendrán que bajarle para no quedar fuera del negocio de la venta de pollos.
Presuntamente este mayorista recibe un precio preferencial de la empresa Crío, lo que le da ventaja para bajar el costo e imponer el precio del producto a los minoristas que le compran.
Sin embargo, los mayoristas afectados no quisieron hablar del juego sucio en la venta del pollo, porque les gusta desestabilizar con el propósito de quedarse con el mercado de la venta del pollo al menudeo.
También refirieron que en vez de bajar los precios del pollo, que se dediquen a limpiar sus mataderos, porque éstos no reúnen las condiciones de salud para el sacrificio de aves para la venta al público.
Los mayoristas luchan por el control de la venta de pollos en la capital del estado, que significa 30 mil aves, la cual es la capacidad de consumo de los habitantes de la ciudad capital.