De la Redacción
En la cabecera municipal existen seis parques públicos y uno infantil. De todos esos espacios el más concurrido es el que se ubica en el centro de la cabecera municipal; el parque principal Forjadores del Kilómetro 50, pues la gente ya se ha apropiado de ese espacio público; esto, no ha ocurrido con los otros parques ubicados en las colonias populares, por lo mismo han sido dañados, de manera reiterada, por los vándalos.
No hay datos precisos que indiquen cuándo fue construido, pero de acuerdo con viejos fundadores de esta ciudad, como don Herculano Medina, el parque central fue edificado durante la década de los sesenta.
Por más de 30 años, entonces, la cabecera municipal tuvo un sólo parque, el del centro, el espacio público ha sido remodelado y ampliado por lo menos cuatro veces: la primera se dio durante la administración de don José Flota Valdez (1975-1978); la segunda, durante la de Germán Parra López (2002-2005). En ese periodo no se remodeló literalmente el inmueble, sino que se agregaron algunas obras, como la concha acústica, el reloj público, que ya no funciona, el kiosco y un área de juegos infantiles.
Durante la administración de Otto Ventura, el parque tuvo una remodelación en lo arquitectónico, y en ello, se retiraron de ese espacio una fuente maya, una estela, una estructura de piedra tipo maya, y el kiosco que apenas tenía en ese lugar cuatro años, varios árboles, los juegos infantiles, donde incluso y varios animales de concretos donados por el DIF estatal en 1977, según refiere don José Flota Valdez, en la memoria de su segundo informe. Algo que desorienta en esa memoria del entonces alcalde es el hecho que haya mencionado la inversión de recursos en un parque denomina Emiliano Zapata, y que hasta donde se sabe ese espacio público nunca existió, salvo que el parque central allá tuviera ese nombre, pero, algunos vecinos consultados, como don Humberto Martín, al menos, señalan que esa época no había otro parque en la ciudad que se llamase Emiliano Zapata.
La cuarta remodelación que se hizo en ese espacio público fue entre el 2010 y 2011. A su terminación todo mundo calificó el nuevo inmueble como una inmensa mole de concreto, pues un 80 por ciento era hormigón, tanto el piso como las bancas. Por tal razón, durante el día casi no se ve nadie en ese lugar, salvo algunos venteros ambulantes y visitantes que buscan siempre el cobijo de un laurel ubicado, por donde se encuentra la veleta del parque o debajo de la pirámide que se construyó al lado de la base del reloj, y que a decir verdad se fue cayendo pedazo a pedazo hasta que el mes pasado, se tumbó en su totalidad para evitar que se cayera todo.
La novedad del nuevo parque está en el hecho de que se habilitaron jardineras, se colocaron lámparas en ellas con instalación subterránea, se instaló una pirámide, se colocó un muro tipo maya a la entrada del lado de la calle Miguel Hidalgo, se demolió un inmueble que se encontraba en el extremo izquierdo, colindantes con la calle Chilam Balam y avenida principal y en el espacio se construyó el parque infantil que se denominó “El árbol”, un espacio que se abre por las tardes para que los niños jueguen.
El parque central podría tener una quinta etapa de remodelación el próximo año. La Dirección de Obras públicas del municipio ya ha hablado de la posibilidad de que el inmueble público sea remodelado en el 2020. Las autoridades municipales reconocen que actualmente en el inmueble no es muy funcional por lo mismo de que faltan áreas verdes.
LOS OTROS PARQUES DE LA CIUDAD.
La colonia Dolores, la más antigua de la ciudad, cuenta con un pequeño parque desde 1998, el inmueble fue construido por el entonces, Cristino Flota Medina (1996-1999), presidente municipal. El edificio del inmueble fue muy polémico, pues los vecinos de la colonia no querían que se levantará en el área donde se encuentra el pozo del lugar, sino que pretendía que se levantará donde ahora se encuentra el campo de futbol llanero de la colonia, pero los futbolistas del lugar lo rechazaron. Finalmente, la obra fue construida donde se encuentra un pozo de la colonia. El inmueble se denomina parque a La Madre.
La colonia Guadalupe, también cuenta un inmueble público, éste fue construido en 1999, el último año de la administración de Cristino Flota Medina, ese parque no tienen nombre. Recién inaugurado, el espacio público contaba con al menos cinco áreas jardineras, un área de juegos infantiles, una fuente que nunca funcionó, unas ocho bancas metálicas, andadores y un buen sistema de alumbrado público. Hoy ese inmueble no tiene bancas y se mantiene en penumbras por las noches, los vándalos se robaron el año pasado todo el cable subterráneo y los vecinos, increíble, las bancas.
Otro parque que mandó a construir el profesor Cristino Flota Medina, según datos obtenidos de la memoria de su tercer informe, es la de El Maestro, ubicado en la colonia Vicente Guerrero. El inmueble recién inaugurado contaba con seis bancas metálicas, una fuente, un área de juegos infantiles y una estatua de El maestro y un excelente alumbrado público. Hoy, no cuenta con bancas, no tienen la estatua de El Maestro, los juegos infantiles están todos oxidados. Este año se pintó, al igual que en la colonia Guadalupe.
En la colonia Javier Rojo Gómez, se edificó en 1998, un pequeño parque que se bautizó como “El Niño”, ese inmueble se bordeó, se enrejó para protegerlo de los vándalos, pero al año, la rejas fueron desprendidas, las bancas metálicas que se instalaron ahí fueron, igualmente, robadas y también el cableado del alumbrado público fue sustraído. El mural que fue pintado ahí por Rodolfo Parra López, artista plástico, fue grafiteado. Actualmente, los vecinos de la colonia ocupan el lugar los sábados pero no para su sano esparcimiento, sino para organizar su tianguis dominical.
En la colonia San Juan es un caso especial, pues en ese lugar fue construido un parque en año de 1990, cuando el lugar apenas empezaba a habitarse, lo curioso de ese parque es que fue atiborrado de bancas, los vecinos de la localidad bautizaron el espacio público como el parque de “Las mil bancas”.
El parque fue construido por el entonces José Sosa Tzul, presidente municipal, (memoria de su tercer informe 1993) y el arquitecto de la obra fue el ingeniero Medardo Chiquil, actualmente ese inmueble dejó de ser un parque, pues el espacio se fue ocupando poco a poco para asentar otras obras.
Primero, en ese parque se construyó en el 2004 una obra que se denominó parador turístico, luego, en el 2015, se construyó dentro del mismo un domo deportivo, y casi ese mismo año se levantó una cocina económica. Lo que es el parque, en sí, solamente es visible un pedazo, por las bancas de concreto que todavía se mantienen ahí.
En la colonia Morelos, se está habilitando un pequeño parque, al lado de un campo de futbol, pero, por estar en una zona que se está habitando apenas, que es ampliación de esa colonia, el inmueble se encuentra abandonado. Recientemente, personal del ayuntamiento fue a realizar la limpieza del área donde se encuentra ese espacio público. El parque no tiene un nombre en sí.
LA IMPORTANCIA SOCIAL DE LOS PARQUES
En la cabecera municipal un solo vecino ha sido insistente en la necesidad de que construya un parque o se habilite el centro que realmente sea un espacio de sano entretenimiento y esparcimiento para la familia. Esa persona es el ciudadano Humberto Martín. Esa persona ha propuesto, incluso, que se retire la cancha de basquetbol ubicado en el parque central para que se ampliara la zona de áreas verdes, pero por lo visto nadie le ha hecho caso.
En un sondeo de opinión que se hizo en el parque central, algunos entrevistados dijeron que en el inmueble hacen falta más áreas verdes y también una mejor iluminación.
Una dama que se identificó como Ana, dijo que el parque se vería más bonito con más árboles y menos concreto. Otro ciudadano que se dijo llamarse Moisés, comentó que lo que hace falta en el parque son más árboles.
Otro joven que dio su opinión y que dijo llamarse Johnny, manifestó que la idea del parque ha ido evolucionando. La idea aquella de venir al parque a sentarse a platicar, es más de la gente de la tercera edad, indicó.
En cambio, abundaron hoy los jóvenes, prefieren ir más a la plaza comercial, donde encuentran otros atractivos y más espacio para distraerse y comer algo. Según el joven, hoy los parques deben agregarse más atractivos, aunque observó que lo que no deben faltar en un espacio público son los árboles, las áreas verdes.
Otro ciudadano que se identificó como don Sabino Ortega, comentó que el parque central necesita de más luces, más árboles para que llegue más gente a distraerse. Recordó que estaba mejor el parque central antes de que se remodelará, pues los niños y jovencitos tenían espacios para jugar y la gente encontraba más espacios sombreados para platicar. Para don Sabino, la idea de hacer un parque cerrado para los niños, no le parece.
Estudiosos de tema sociológicos y antropológicos como Ovando y Salcedo (2015), señalan: “Hay consenso entre los investigadores que han estudiado y reflexionado sobre los espacios públicos de la ciudad, tanto parques, zonas verdes como otros espacios libres… refuerzan el sentido de comunidad, ayudan a que las personas puedan vivir más tiempo, inciden en el bienestar físico… y aumenta la sensación subjetiva de bienestar”.
En este contexto, se entiende entonces que un parque no solamente es un espacio físico, arquitectónico, construido por una autoridad y puesto en funcionamiento, sino que los espacios públicos, para que realmente lo sean y funcionen para lo que fueron construidos, tienen que ser reconocidos como tal por la propia gente para que se apropie de ello.
En la cabecera municipal, el único espacio público al que la gente ha reconocido como tal y se ha apropiado de ello, es el parque central Forjadores del Kilómetro 50, los otros ubicados en las colonias populares, como que no lo han hecho suyos, quizás porque son más pequeños y no tienen los atractivos que tienen el parque central.
Precisamente por esa razón, los vándalos, la gente sin oficio ni beneficio se fue apropiando de esos espacios y los han ido destruyendo, como lo han reconocido las propias autoridades municipales.
Los investigadores de espacio públicos señalan que los parques, para que realmente sean funcionales deben ser espacios en donde la gente pueda reforzar sus valores, su percepción en torno a la vida, sus actitudes políticas y en torno a sus relaciones con otras personas que llegan al lugar. En otras palabras, el parque debe ser un lugar amigable, de recreación familiar y saludable y de encuentros, muchas veces fortuitos con viejos conocidos y espacios donde se puede entablar nuevas amistades.
En las grandes, ciudades, efectivamente, los parques han sido abandonados y la población citadina ha encontrado en las plazas como los espacios donde pueden encontrar más distractores. Por desgracia, como lo señala Adrián Varela Arquin, en su libro Análisis de la Funcionalidad de los parques públicos y edificios de patrimonio Histórico en la ciudad de Heredia, en esos centros comerciales de variada oferta de atractivos y diversiones, son lugares excluyentes, no solamente por cuestiones de estatus socioeconómicos, sino por cuestiones de origen social.
Así, pues, los parques públicos de ahora se deben pensar y responder en su construcción para una sociedad, cuyos miembros que ya no quiere ir a un parque solamente a platicar, sino a distraerse y a buscar diversiones y atractivos que les permita matar su ocio de manera positiva.