Por Gerardo Reynoso
Mientras diputados locales y federales, así como legisladores del Congreso del Estado y hasta el propio gobernador Carlos Joaquín González, han exigido una revisión a las tarifas del cruce de Ultramar, el superdelegado del gobierno federal, Arturo Abreu Marín, ni siquiera ha considerado el tema en sus oficinas.
Se suponía que la figura de superdelegado en las entidades federativas del país iba a ser un enlace directo entre los gobiernos estatal y municipal, con la federación para poder atender temas torales.
De hecho, dentro de las funciones que tiene el cargo de superdelegado se estipula la coordinación e implementación de planes, programas y acciones para el desarrollo integral, funciones de atención ciudadana, la supervisión de los servicios y los programas a cargo de las secretarías, las dependencias y entidades.
Asimismo, el puesto también funge como figura el trabajo de coordinación entre municipios, estado y federación, para encontrar un “desarrollo transparente y equilibrado”.
Sin embargo, en el caso de Quintana Roo y de Arturo Abreu Marín, la realidad es totalmente distinta. Lo anterior se debe a que el superdelegado nada más maneja una imagen de presencia, de revista y no de trabajo integral.
Por ejemplo, en la mayoría de los actos protocolarios que se registran en la entidad y que involucran a la Federación, Arturo Abreu aparece, sonríe para las fotografías y estrecha manos de alcaldes y del propio gobernador del estado Carlos Joaquín González.
No obstante, el trabajo de la delegación que consiste principalmente en verificar las acciones estratégicas y supervisar que se cumpla la prestación de servicios y trámites de las dependencias federales en los estados.
Y esto se puede comprobar con hechos del pasado reciente y en los temas actuales. Situaciones como Tajamar, Tren Maya y ahora el tema del incremento de los cruces marítimos en Playa del Carmen a Cozumel, el superdelegado ni siquiera tiene información para explicar la situación.
Los diarios POR ESTO! buscaron desde hace una semana al delegado Arturo Abreu para hablar sobre el caso Ultramar, que compete directamente a su jurisdicción por ser un hecho relacionado con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, SCT.
El delegado no respondió al llamado. Tal y como ha ocurrido en anteriores ocasiones donde se le solicita información en torno a acciones del gobierno federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador, y que repercuten en Cancún y Quintana Roo.
En el membrete del cargo como superdelegado, se sostiene que una de las funciones de la oficina de Arturo Abreu Marín es la de atención ciudadana, sin embargo, no ha atendido las quejas presentadas formalmente por habitantes de Cozumel que se han pronunciado públicamente al respecto.
Todo esto se da mientras se promueve a nivel nacional que, “los superdelegados son los encargados de promover los planes y programas que emprenda el gobierno de Andrés Manuel López Obrador”.