Por Olivia Vázquez
El todo incluido enfrenta la batalla más fuerte de su historia. La caída que ha mostrado la ocupación hotelera de este destino se revela en las estadísticas que otorga el barómetro de la Asociación de Hoteles de Cancún en el cierre de enero de este año con un reporte que apenas tocó el 76% de ocupación contra el 82.4% que logró en enero del 2018, cuando ya se traída un descenso de 2.4 puntos en la ocupación de 2017. La caída es drástica y se deriva de factores como la mayor infraestructura hotelera; la inseguridad, el impacto del sargazo, la mayor oferta residencial hotelera y demás factores.
Datos que revelan el tipo de hospedaje que está utilizando el turista durante su viaje, obtenidos del estudio del perfil de turista que realiza Marketing Consultans revelan que sólo el 80.2% del turista que llegó al destino utilizó un cuarto hotelero en el primer trimestre del 2018, cuando en los últimos dos trimestres se mantenía un promedio del 85.5%.
Contrario a este descenso que muestra la hotelería formal, las plataformas digitales siguen creciendo aceleradamente y de un trimestre a otro crecen al doble en su ocupación ofreciendo un tipo de hospedaje residencial que está activando el turismo nacional e internacional en una nueva forma de viaje que no incluye paquete Al inclusive o todo incluido y que le permite al turista conocer la región libremente y hacer un consumo directo.
En el caso de tiempos compartidos, también se reporta un descenso de dos puntos porcentuales de acuerdo a este medidor que se obtiene por medio de encuestas realizadas en el Aeropuerto Internacional de Cancún donde el turista responde a un cuestionario aportando estos datos.
En tiempos compartidos, la ocupación si bien está garantizada por el sistema de propiedad turística que se maneja, finalmente es otro sector que está sintiendo el impacto de la creciente ola del hospedaje residencial que se ofrece en el destino.
Este comportamiento ya lo han venido alertado hoteleros del destino como Roberto Cintrón, presidente de la Asociación de Hoteles en Cancún y la Riviera Maya, quienes piden al gobierno estatal y los municipales un piso parejo de competitividad en la región, pues señalan que el hospedaje residencial no paga impuestos de hospedaje y no genera el mismo ingreso a las arcas municipales de lo que genera un inversionista que apuesta millones de dólares en su inversión y que genera miles de empleos en el destino.
El tres por ciento del impuesto al hospedaje, han sentenciado, no basta para gravar a este mercado competitivo que por primera vez tambalea a un sistema de todo incluido que mató a la hotelería convencional y muchos de los sectores productivos por más de 20 años y que ahora enfrenta de manera directa su peor competencia.