Por Olivia Vázquez
Un sector empresarial indignado y enfadado de los niveles de inseguridad que ha tomado el destino, pide y exige a la autoridad cumpla su deber y responda a la ciudadanía. Necesitamos mayor profesionalización y coordinación de las fuerzas policíacas y modificaciones en la ley que permitan juicios cerrados o a puerta cerrada que proteja al juez o que incentive la denuncia anónima para no seguir exponiendo a los que todavía se atreven a denunciar.
Cada vez, reconocen los empresarios, son menos los que se atreven a hablar de frente de inseguridad por el temor que prevalece en la zona, pues ya no se sabe dónde duerme el enemigo.
Las denuncias y acciones que se vienen haciendo en torno a proteger al destino, parece que no han dado resultados efectivos y cada vez más, se ven asaltos a mano armada, robos a casa habitación y enfrentamientos entre bandas sin que se tengan resultados efectivos.
El sector, reconoce, mantiene los focos rojos y cada día se toman más precauciones en la zona, lo que es lamentable, pues muchos de nosotros (dice uno de ellos) precisamente llegamos a Cancún en busca de paz, prosperidad y seguridad y hemos visto crecer al destino y ahora deteriorarse por los malos gobiernos y por la falta de la aplicación correcta de la justicia.
El robo a uno de los empresarios pioneros del destino que se registró hace unos días, dice, provocó una reacción directa del sector empresarial que exige resultados a la autoridad, pues se siente que no existe un plan estratégico ni autoridad que ponga fin a este escenario que se está enfrentando.
Parece que no basta la mesa de seguridad, o las cámaras que se han venido colocando, nada está resultando efectivo porque no se tiene una verdadera coordinación de las fuerzas policíacas.
Los políticos, dice, sólo se dedican a protegerse y ellos son los que tienen a las policías cuidándoles la espalda, mientras el resto de la población y empresarios que son gente de lucha y de trabajo todos los días se tienen que enfrentar al riesgo de todos los días.
Es importante que la autoridad se ponga a trabajar con más profesionalismo para poder hacer mejores operativos, mejores cárceles y mejores leyes, para no tener juicios abiertos donde el juez termina liberando al ladrón porque lo amenazan y conocen a su familia o se termina no denunciando por el temor de que sea el mismo delincuente quien regrese a vengarse, pues es un hecho que no permanecerá en la cárcel pero si conocerá a su denunciante porque la ley misma no lo protege.