Por Yolanda Gutiérrez
Pese a la inestabilidad climática, se registró el último domingo de vacaciones una buena afluencia de bañistas en los principales balnearios públicos de la zona hotelera, cuando se observó una mayor presencia de familias de la localidad junto con turistas nacionales rezagados, que apuraban los minutos que faltaban antes de hacer las maletas para regresar a sus lugares de origen.
Tras llevar a cabo un recorrido por algunas de las principales playas, se pudo constatar que, si bien el número de usuarios era menor al detectado durante estos últimos días, en los arenales se encontraban familias y grupos de amigos residentes en Cancún, claramente reconocibles porque, por lo general, nos suelen usar traje de baño y se zambullen con la misma ropa con la que llegaron.
En Gaviota Azul los guardavidas no se daban abasto para vigilar a los numerosos bañistas que retozaban entre las elevadas olas y el sonido de los silbatos se dejaba oír en el ambiente cada pocos minutos, era tanta la gente que debían canalizar a otras áreas más seguras, a fin de evitar ser arrastrados por las corrientes marinas y la fuerte resaca que se registró en varios puntos.
Y pese a que es obligación de los condominios y edificios de departamentos que colindan con el mar tener sus propios guardavidas, la realidad es que los elementos del Grupo de Rescate Acuático no sólo se limitan a intervenir cuando algún bañista está en apuros en el área pública sino que, en caso necesario, también deben auxiliar a los huéspedes de los condominios cercanos, como sucede en Gaviota Azul, donde los guardavidas se abocan igualmente a vigilar lo que ya no es playa pública, a fin de mantenerse al pendiente ante cualquier situación anómala y, en de ser necesario, llegar a tiempo para el rescate.
Delfines registró una menor afluencia de bañistas que en días anteriores, pese a lo cual el estacionamiento público se encontraba repleto de vehículos, casi todos con placas de Quintana Roo, aunque también se observaron algunas unidades de otros estados e incluso con placas de arrendadoras.
De hecho, todos los estacionamientos públicos ubicados en los accesos a las playas quedaron saturados, lo que de nueva cuenta pone en tela de juicio la infraestructura existente en la zona hotelera, específicamente en los balnearios públicos, en los que claramente los cajones de estacionamiento quedaron rebasados ante el impresionante número de automóviles.
Además, en los estacionamientos de algunas playas públicas, como el caso de Langosta, se reservan amplios espacios de estacionamiento para las van turísticas y autobuses de excursiones, que permanecen a la espera de los pasajeros mientras estos disfrutan de un tour a Isla Mujeres, en ocasiones por dilatados espacios de tiempo, lo que impide que personas que realmente desean pasar el día en la playa usar las instalaciones del estacionamiento y, quizás, dejar el carro en un lugar alejado para caminar posteriormente hasta la playa.