Por Yolanda Gutiérrez
Aunque de manera oficial concluyeron las vacaciones navideñas y el día amaneció soleado pero fresco, se registró una buena presencia de bañistas en los principales balnearios públicos del destino, que en su mayoría prefirieron no meterse al agua a causa de la brisa, que hacía temblar de frío a quienes se atrevieron a darse un chapuzón.
Muchos menos infantes que en días anteriores, a causa del retorno a clases, al igual que usuarios radicados en la localidad, en tanto que se observó una menor presencia de visitantes mexicanos a comparación con los de otros países, mientras que el número de extranjeros no disminuyó al finalizar el período de asueto sino que, por el contrario, turistas de otras naciones arriban diariamente al Aeropuerto Internacional de Cancún con objeto de disfrutar unos días de descanso, bien en nuestro destino, en la Riviera Maya, Isla Mujeres o cualquier otro polo vacacional.
Tras llevar a cabo un recorrido por algunas de las principales playas se pudo constatar que, si bien el número de usuarios era menor al detectado durante estos últimos días, los aforos aún son buenos, tal como expresaron algunos guardavidas al ser consultados, quienes señalaron que pese a que el grueso del turismo nacional retornó a sus lugares de origen una vez concluidas las vacaciones, quedan aún muchos connacionales, especialmente parejas y personas que viajan solas.
En las playas que se recorrieron no se encontró un solo elemento de la policía ni mucho menos Guardia Nacional en los arenales y, una vez finalizado de manera oficial el período vacacional, también se relajó notoriamente la vigilancia en los accesos a las plazas comerciales.
Y ante la falta de vigilancia en los arenales retorna el añejo problema del robo de las pertenencias de los bañistas, que dejan confiadamente sobre los arenales mientras se dan su chapuzón en el mar y al salir del agua se llevan la sorpresa de que les fueron sustraídos sus artículos de valor… y no tanto, porque los amigos de lo ajeno barren con todo lo que encuentran y son capaces de llevarse hasta unas chanclas.
“Realmente sí necesitamos a la policía o, mejor, a la Marina, dentro de la playa, mucha gente deja sus cosas solas mientras se baña y nosotros no podemos estar al pendiente de todo lo que dejan en los camastros, el problema es que les roban y nos quieren echar la culpa a nosotros, o piensan que fuimos los que les robamos o nos increpan porque no cuidamos sus pertenencias”, expresó un mesero en Gaviota Azul.
En este balneario los guardavidas pasaron una jornada sin quitar la vista del agua, en virtud que el mar presentaba fuerte oleaje, por lo que se mantenían al pendiente de los bañistas que se atrevieron a darse una zambullida, invitándoles a no alejarse de la orilla debido a las fuertes corrientes y resacas, capaces de arrastrar un cuerpo mar adentro.
Delfines registró una menor afluencia de bañistas que en días anteriores y apenas unas pocas personas se metieron al agua, pese a lo cual los guardavidas se mantenían al pendiente de los escasos visitantes que ingresaron al mar y se divertían saltando las olas.