Quintana Roo

A remate la selva del Caribe Mexicano: Menonitas e inversionistas aprovechan la grave crisis económica de los campesinos

Productores de cuatro de los ocho núcleos agrarios de la zona de mecanizados rentan 320 hectáreas con tarifas mensuales de entre 3 mil y 12 mil pesos; ya vendieron 250 ha.
En Puerto Arturo, el  60% del espacio de  cultivo se dedica a la siembra de limón
En Puerto Arturo, el 60% del espacio de cultivo se dedica a la siembra de limón / Lusio Kauil

En al menos cuatro de los ocho núcleos agrarios de la zona de mecanizados del municipio (San Felipe Primero, La Candelaria, El Verdón, Othón Pompeyo Blanco, Puerto Arturo, Adolfo López Mateos, Saczquil y X Noh Cruz), se trabajan más de mil 500 hectáreas, de las cuales unas 320 están rentadas y aproximadamente 250 han sido vendidas, incluso a menonitas. Las tarifas de arrendamiento mensual oscilan entre los 3 mil y 12 mil pesos, según ejidatarios locales.

Estas prácticas tienen múltiples matices, pero las más evidentes están relacionadas con la urgencia económica de los productores para enfrentar gastos imprevistos, como accidentes o enfermedades. También influye la falta de recursos para explotar toda la superficie disponible: hay quienes poseen hasta ocho hectáreas, pero solo cultivan la mitad y arriendan el resto, utilizando lo obtenido del alquiler para sostener su producción.

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El alquiler y la comercialización de parcelas responden a dos lógicas distintas en el ámbito agropecuario de los ejidos. El arrendamiento suele darse cuando el campesino no tiene capacidad para trabajar toda la extensión que posee en el núcleo agrario, que puede ir de cuatro a ocho hectáreas. En cambio, la venta ocurre generalmente por una decisión personal, ya sea porque el ejidatario optó por emigrar o enfrenta una situación complicada, como una enfermedad, lo cual lo lleva a recurrir a su único patrimonio: la tierra, que pone en venta para enfrentar la emergencia.

En uno de los núcleos mencionados, predomina incluso la venta directa de terrenos, tanto a habitantes locales como a personas foráneas interesadas en trabajar en el campo, como la comunidad menonita.

Puerto Arturo

Rafael Meza Barrera, campesino del ejido Puerto Arturo, detalló que en esa comunidad hay alrededor de 800 hectáreas de tierras mecanizadas, de las cuales el 60% está ocupado por plantaciones de limón; el resto se utiliza para cultivos diversos como maíz, calabaza, sandía, jícama, papaya, plátano y cacahuate.

Indicó que hay ejidatarios que disponen de cinco, seis u ocho hectáreas, pero debido a las dificultades actuales, apenas logran trabajar entre tres y cuatro. El resto las alquilan, aunque no a cualquiera: deben ser personas del ejido o familiares cercanos. Algunos ceden sus terrenos a parientes como medida para evitar que queden lóbregas.

Algunos han dado hasta 50 mil metros cuadrados a personas externas vinculadas al sector pecuario y a menonitas / Lusio Kauil

En esta comunidad, el costo del arrendamiento varía según el tipo de cultivo. Para productos de ciclo corto como jícama, sandía o cacahuate, la renta es de 3 mil pesos; en el caso de cultivos de largo plazo, como la papaya, que tarda hasta dos años, el alquiler puede alcanzar los 12 mil pesos. No se arriendan parcelas para sembrar limón, ya que se trata de un cultivo de ciclo prolongado, explicó Aristeo Chan Cahuich, también productor del ejido.

Añadió que tanto el Gobierno estatal como el municipal ofrecen respaldo a la producción, pero aclaró que esos apoyos no están disponibles para todos, sino que se otorgan a quienes mantienen cercanía con las autoridades, como ocurría en el pasado. Esta práctica, dijo, aún persiste.

El caso emblemático de Adolfo López Mateos

El ejido Adolfo López Mateos fue uno de los primeros en incorporar tierras mecanizadas en el municipio entre 1973 y 1974, habilitando 350 hectáreas distribuidas en distintas zonas.

Jorge Belmont, un veterano productor, señaló que se han vendido unas 250 hectáreas en esta área, algunas a residentes del ejido, pero también a compradores externos, principalmente de Cancún.

Recordó que en años anteriores los terrenos mecanizados se ofrecían a precios muy bajos, incluso a mil pesos por hectárea; actualmente, su valor alcanza los 40 mil pesos por unidad.

Comentó que hay personas que han adquirido hasta 50 hectáreas para destinarlas a la ganadería, no a la agricultura. También mencionó que algunos productores alquilan sus parcelas, aunque son pocos, ya que consideran que los ingresos que reciben no justifican el esfuerzo.

El costo por uso de tierras para plantar papaya puede alcanzar varios miles de pesos, debido a su largo periodo de maduració / Lusio Kauil

Julio Chin Chan, otro ejidatario, explicó que muchos campesinos optaron por vender sus tierras debido a enfermedades o porque ya no pueden cultivarlas por falta de apoyo institucional.

Añadió que antes se trabajaba más porque existían programas gubernamentales, pero ahora, ante el encarecimiento de los insumos, es casi imposible continuar con la misma intensidad.

En Adolfo López Mateos no fue posible localizar a quienes han adquirido tierras, ya que la mayoría reside en Cancún o Playa del Carmen. Sus terrenos son gestionados por antiguos dueños, quienes, al quedarse sin superficie propia, laboran como trabajadores agrícolas para los nuevos propietarios.

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Un caso aparte

Todos los productores de La Candelaria cultivan sus tierras mecanizadas. La actividad agrícola principal es la citricultura, con énfasis en limón, naranja dulce, y en menor medida aguacate y mango.

En esta zona no se rentan parcelas mecanizadas, sino terrenos de agostadero (no explotados) que se ofrecen para habilitar cultivos como chicle o jitomate, aunque son extensiones pequeñas.

Encarnación Domínguez Cano indicó que los campesinos de La Candelaria son quienes buscan alquilar terrenos en otros ejidos para cultivar papaya. En su comunidad, lo que falta es superficie disponible, dijo.

Comentó que actualmente se está sembrando mucho maíz elotero, ya que se han dado cuenta de que este tipo de producción es muy rentable, lo cual es lo que busca ahora el productor: que su trabajo le deje buenos ingresos.

Expresó que el campo es redituable, pero requiere esfuerzo desde el amanecer hasta la noche. Señaló que en La Candelaria son conscientes de ello y por eso comienzan a trabajar desde muy temprano.

La cesión temporal de superficie cultivable es común cuando no se puede labrar toda el área disponible

El Verdón, centro agrícola activo

El Verdón se ubica dentro del núcleo agrario Kancabchén. Es un terreno plano y amplio, donde se han cultivado productos como girasol, okra, melón, sandía, papaya, chile jalapeño, soya, pepino, jitomate y chile habanero.

Actualmente se aprovechan 350 hectáreas de tierras mecanizadas para el cultivo de limón. El arrendamiento existe, pero sólo para productos de temporada, no para cítricos, explicó Juan Carrillo.

Comentó que en El Verdón se rentan pequeñas superficies para sembrar camote, cebolla, calabaza y elote. Los principales interesados en rentar aquí son originarios de Puebla, que residen en Cancún o Playa del Carmen, así como productores del ejido Puerto Arturo.

Destacó que muchos prefieren trabajar en El Verdón porque hay buenos caminos de saca cosechas, lo que facilita la salida de la producción.

La Candelaria es uno de los pocos núcleos agropecuario donde no se facilita el uso de superficies mecanizadas. / Lusio Kauil

Abraham Ortegón González, uno de los pocos arrendatarios identificados en la zona, relató que buscó rentar dos hectáreas a través de un conocido del ejido. Refirió que es poblano, pero reside en Playa del Carmen y tiene un negocio agropecuario. Por ello, productores de José María Morelos le venden elote y limón.

Compartió que antes sembraba camote morado en Atlixco, Puebla, y al intentar cultivarlo en El Verdón tuvo buenos resultados, por lo que este año apostará por la papaya.

Dijo que no trae trabajadores externos, sino que contrata a personas locales para preparar el terreno y sembrar.

Apoyos municipales

Sobre el respaldo al sector agrícola, el alcalde Erik Borges Yam afirmó que se está brindando ayuda mediante fertilizantes, herbicidas, motobombas, caminos de saca cosechas y créditos directos del Ayuntamiento de hasta 50 mil pesos.

Señaló que estos recursos contribuyen a fortalecer la productividad y a dinamizar la economía de las familias.

Indicó que hoy en día esta región es considerada “la huerta del estado”, ya que surte al mercado estatal con una gran variedad de productos, gracias al esfuerzo de los trabajadores del campo.