Elementos básicos como flores de cempasúchil, veladoras, pan de muerto o mucbipollo cuestan mucho más que el año pasado, obligando a familias a reducir el tamaño de sus ofrendas o reutilizar, señalaron amas de casa.
De acuerdo con un recorrido realizado por PorEsto! en el Mercado 23, los precios subieron. La flor de cempasúchil se vende entre 100 y 150 pesos por ramo, dependiendo el tamaño y frescura.
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Las velas y veladoras chicas, que hace un año costaban menos de 20 pesos, ahora se encuentran entre 28 y 75, mientras que los cirios grandes superan los 42.
El copal, indispensable para guiar a las almas, cuesta entre 60 y 90 pesos y las calaveritas de azúcar o chocolate oscilan entre 30 y 80, según el diseño y tamaño.
El papel picado, otro elemento emblemático del altar, ronda los 30 a 40 pesos, dependiendo del tamaño y del número de piezas.
“Todo está más caro, pero no se puede dejar de poner el altar. Trato de ahorrar reutilizando lo que tengo: mantel, vasos, agua, café. Lo importante es cumplir con la tradición”, comentó Claudia Contreras, ama de casa que cada año dedica su ofrenda a sus abuelos y padres.
“Antes, con 700 pesos me alcanzaba para todo; ahora llevo gastado casi mil 500 y todavía me faltan cosas”, agregó.
Los alimentos también reflejan incremento. El pan de muerto se ofrece desde 15 hasta 135 pesos, según el relleno y tamaño. Los tamales van de 10 a 60 pesos, y el piloncillo, necesario para preparar dulces típicos o bebidas, se vende entre 64 y 72.
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Los adornos de fomi o pequeñas figuras decorativas cuestan entre 22 y 80 pesos y el dulce de amaranto alrededor de 10 la pieza, dependiendo de la cantidad.
“Ponemos un altar pequeño, pero con mucho cariño. Compramos lo básico: flores, pan, una vela y el mucbipollo; ese sí salió caro, casi mil pesos; antes costaba 600”, explicó Margarita Hernández.
Comerciantes aseguraron que, aunque las ventas no han disminuido, notan que la gente compra menos cantidad.