
Durante una hora en la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional (AIC) se registraron dos acosos a turistas y, al menos, 10 unidades de plataformas ingresaron por pasajeros. En un sondeo realizado a los visitantes dieron a conocer que se niegan a utilizar el transporte oficial, optando por caminar hasta un kilómetro, exponiéndose a los ataques de los halcones que tiene el sector.
“No vamos a pagar 200 dólares porque nos lleven al hotel Barceló, es una suma ridícula. Mejor pedimos un Uber, ellos nos cobran 70 dólares. Lo que nos molesta es cómo nos siguen para intimidarnos y que usemos el transporte que ellos quieren. Es realmente incómodo llegar a un aeropuerto y no tener libertad de escoger el que uno quiere”, relató Irena, procedente de Eslovenia.

Noticia Destacada
Trabajadores del aeropuerto de Cancún exigen intervención de la GN ante casos de agresión de turistas
Pasajeros defienden el libre albedrío
“Vengo con mi esposa para pasar unas vacaciones agradables y me encuentro siendo acosado e intimidado por sujetos que dicen ser el transporte oficial de acá. Soy hindú, pero sé cómo funciona todo porque vivo en Estados Unidos, por eso no voy a acceder a este tipo de acciones. Soy libre para escoger mi transporte”, explicó el turista Shankar.
Luego de la entrevista realizada a las dos parejas de visitantes en el estacionamiento de la Terminal 2 del AIC, se las ingeniaron para esquivar a los halcones y abordar rápidamente la unidad de Uber para poder llegar a su destino.
Durante el recorrido realizado en las diferentes terminales se aprecia cómo los paseantes caminan entre las diferentes calles que conforman el aeródromo, para luego salir entre los arbustos y abordar rápidamente las unidades, mientras personal de las empresas transportistas se encargan de hacer rondines para evitar que estos aborden los autos de las plataformas.

El caso de Irena y su esposo fue uno de los dos registrados la mañana de ayer, quienes caminaron hasta la gasolinera ubicada en el interior del aeropuerto internacional, con la finalidad de poder abordar el auto de Uber, pero al llegar fueron abordados por una persona que les indicó que tenían prohibido hacer uso de ese servicio, para posteriormente amenazar al operador.
Luego de varios minutos y, ante el temor de ser abordado por elementos de la Guardia Nacional, el conductor se retiró, dejando solos a los paseantes, quienes fueron acosados e intimidados por el transportista, de quien se separaron, para más tarde esconderse entre los clientes de una arrendadora de automóviles y salir cuando pasó otra unidad de Uber, la cual abordaron.