
El Ayuntamiento Benito Juárez deforesta 18.9 hectáreas, mientras que Quintana Roo registra una tasa promedio bruta anual de 12 mil 125 hectáreas, equivalente a perder aproximadamente 33 hectáreas de selva por día.
La deforestación autorizada por el Ayuntamiento se concreta en la Supermanzana 249, lote 11, en la zona norte de la ciudad. A pocos metros de la zona, “nace” una nueva invasión que abarcaría una superficie similar, en donde se observan líneas divisorias como trazos de calles, así como chozas, que asemejan casas improvisadas hechas a base de madera, cartón y láminas.

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Entre 2003 y 2018 se han perdido 194 mil 6 hectáreas, esto de acuerdo con el Análisis de los Procesos de Deforestación en la entidad, elaborado por la Comisión Nacional Forestal (Conafor), el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS), el Centro Geo y Centrus.
Cuentan con permisos
Las 18.9 hectáreas son para la edificación de viviendas denominadas “Proyecto Kabah”, de acuerdo al permiso ambiental de obra civil y actividades que se exhibe en la entrada de la obra, firmada por el director general de Ecología municipal, Fernando Haro Salinas, con número de oficio MBJ/24/02/03/01565/2025, precisa que la superficie total para el proyecto es de 22.4 hectáreas. Al cierre de esta edición se desconocía si el proyecto cuenta con Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) de la Secretaría de Medioambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Para la obra, se deberá llevar a cabo el Programa de Rescate de Flora y Fauna para un total de 16 mil 390 individuos, especies protegidas de acuerdo con la NOM 059-Semarnat, se precisa en uno de los apartados.

Otra invasión
Al final de la avenida 127, entre Kabah y Galaxias del Sol, se han establecido un sin número de chozas. A lo largo de casi un kilómetro se observan nombres al frente de lo que serían los predios y aunque no se ven personas en las casas. A lo lejos se observó a tres trabajadores quienes aseguraron fueron contratados recientemente y dijeron desconocer cómo se le denomina a la “nueva colonia”.
Los lotes de aproximadamente ocho metros de frente, se distinguen por tener un improvisado letrero con nombre, casi todos de mujeres, y un número, que va de par en par.
Árboles de ceiba, selva media y vegetación variada ha sido derribada y amontonada a lo largo de un improvisado camino de aproximadamente dos metros de ancho.
Cancún es la ciudad más joven de México. A sus 55 años de vida es famosa por su éxito turístico y su fracaso como proyecto urbano. Fue diseñada desde cero, en los años 70, con la intención de crear un nuevo destino paradisíaco en el país. Antes todo era selva, pero hoy hay cientos de hoteles. Se trata de una mancha urbana ideada para 200 mil personas pero que ya rebasa el millón.
Se trata, también, de un acelerado desarrollo inmobiliario que ha mordido palmo a palmo la vegetación. De acuerdo con una investigación de Christine McCoy, académica de la Universidad del Caribe (Unicaribe), en la actualidad la mayoría de la gente de Cancún vive sin el mínimo de áreas verdes o espacios públicos para la recreación, el esparcimiento, el descanso o el encuentro. Esto es así sobre todo en aquellas regiones donde viven los más vulnerables.

Desaparece la selva
El principal destino turístico de México se ha desarrollado a costa de la deforestación. En dos décadas (2001-2021) perdió al menos 30 mil hectáreas de selva baja, según datos de la Conafor. Esto equivale a 44 veces el área del Bosque de Chapultepec. En el terreno arrancado a la vegetación ahora hay proyectos residenciales y hoteleros.
A nivel federal, tan sólo de 2018 a la fecha, la Semarnat ha recibido 80 solicitudes de cambio de uso de suelo. De aprobarse, desaparecerán otras 650 hectáreas de selva.