
En los últimos días de julio y lo que va de agosto, las detenciones en la zona hotelera han aumentado aproximadamente un 50%. Lo anterior lo informó el director general de Juzgados Cívicos, quien señaló un registro cercano a 250 arrestos, entre ellos menores de edad, por conductas inapropiadas, consumo de mariguana y alcohol.
De acuerdo con las estadísticas del Centro de Retención Municipal, el incremento está relacionado con la temporada alta vacacional, registrándose hasta 100 detenidos por semana, en contraste con meses anteriores donde las detenciones oscilaban entre 40 y 50.
Entre las detenciones realizadas en la zona hotelera de Cancún destaca la presencia de menores de edad, quienes se han visto involucrados en riñas, orinar en la vía pública y consumo de estupefacientes. Estos casos son atendidos de inmediato y canalizados conforme a los protocolos establecidos.
“El aumento ha sido considerable. Tenemos más visitantes, gente que viene de otros estados o incluso de otros países. En promedio, el número de detenidos entre semana que antes era de 40 a 50, ha aumentado a 80, 90 y hasta 100 en la zona hotelera, detectando un caso muy particular, contrario a lo que ocurre en el centro de la ciudad”, indicó el funcionario.
Mientras tanto, las detenciones de menores también se han registrado en la zona urbana, donde son sorprendidos en conductas inapropiadas, alcanzando un promedio de al menos 12 menores detenidos al mes.
En cuanto a las detenciones, se ha detectado que la mayoría ocurren en las Supermanzanas 259 y 260, consideradas un “foco rojo” en materia de Seguridad y consumo de estupefacientes por menores, algunos de los cuales comienzan a consumir sustancias desde los ocho años de edad.
Una vez ingresados los menores, se cita a los padres de familia para que los recojan. Además, se solicita su consentimiento para que acudan a las oficinas centrales, donde ambos reciben pláticas sobre la prevención de adicciones y mejora de la conducta de los jóvenes.
“Nos preocupa la situación de los menores infractores que llegan con alguna adicción, desde alcohol, marihuana e incluso cocaína. Nos preocupa que estén consumiendo mucho cristal, o la llamada piedra. Nosotros los canalizamos al IMCA y eso no significa que nos desentendamos; les damos seguimiento a cada caso”, explicó.