El municipio de Othón P. Blanco cerró el periodo reciente con un alarmante incremento del 27 por ciento en los casos de obesidad, una situación que representa un serio riesgo para la salud pública de los chetumalenses.
En ese sentido, el boletín de la Secretaría de Salud (SESA), reveló una alarmante cifra de 2026 casos registrados en el año actual, mientras que en el 2024 solo se reportaron 1484 personas.
La Secretaría de Salud detalló que fueron 1280 mujeres, mientras que la cifra restante de 746 le pertenece al sector masculino.
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De acuerdo con SESA, el incremento de personas con obesidad refleja problemas persistentes en los hábitos alimenticios de la población.
En ese aspecto, un sondeo con los ciudadanos reveló los retos que enfrentan de manera diaria para alimentarse de manera sana.
Marcos Poot A., ruletero del Sindicato Único de Choferes de Automóviles en Alquiler (SUCHAA), reveló que la mayoría de personas dedicadas al transporte público padecen de obesidad y diabetes a causa de su sedentarismo, pues afirmó que, aunque recorren diversas partes de la ciudad por su trabajo, permanecen hasta 8 horas sentados sin actividad física.
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Aunado a ello, la rapidez del trabajo los obliga a comprar sus alimentos en las calles o elegir productos con carencias nutricionales de manera diaria.
Asimismo, Uciel Reyes, mesero en Calderitas, declaró que la elección de los alimentos está sujeta al ritmo de vida y a los ingresos con los que cuentan los pobladores.
Señaló que, en su caso, su bajo salario no le permite comprar alimentos de la mejor “calidad”, por lo que opta por conformarse con alimentos de menor precio.
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De igual modo, su constante estadía en su trabajo le impide organizar sus comidas o, bien, acudir a un nutriólogo, cuando así lo desea:
“Es preocupante que subieran tanto, esto está relacionado con el trabajo y los bajos salarios, porque no sale barato comer sano”, afirmó.
Por su parte, las madres de familia aseveraron que es un riesgo cocinar de manera sana para toda una familia, más aún cuando el dinero no logra abastecer todas las necesidades alimentarias.
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Olivia Montero, cocinera y madre de dos hijos, mencionó que lo más rápido que puede cocinar para alimentar a sus seres queridos son los hotdgos, los cuales consideró de su agrado, pero también reconoció como comida chatarra y sin valor nutricional.
Señaló que es un problema de clase y dinero, altamente relacionados con cómo el Gobierno Estatal maneja las fuentes de empleo y las dinámicas en la ciudadanía “no solo un descuido de los ciudadanos”, afirmó.
