
Habitantes del poblado Chemuyil se manifiestan contra lo que califican como marginación e injusticia social, tras quedar fuera del proyecto de 400 viviendas del Bienestar que se construyen en la zona. Señalan que, mientras comunidades vecinas como Akumal presentan invasiones y asentamientos irregulares, ellos -pese a su lucha pacífica- siguen sin acceso a un patrimonio digno.
Con pancartas y consignas, los manifestantes dirigen un llamado a la presidenta Claudia Sheinbaum y a la gobernadora Mara Lezama Espinosa, para que intervengan de manera inmediata. Denuncian que familias completas siguen compartiendo una misma vivienda y que el trato recibido por personal en Tulum fue déspota. “La gente está cansada. Queremos soluciones reales”, expresaron.
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Reprocharon que, pese a buscar alternativas legales desde hace años, las autoridades los han ignorado. “Akumal tiene varias invasiones y nosotros quedamos rezagados, a pesar de estar junto al proyecto. No pedimos lujos, pedimos justicia”, reclamaron.
Recordaron con molestia un caso previo en el que, según testimonios, la Secretaría de Desarrollo Territorial Urbano Sustentable cobró dinero bajo la promesa de entregar terrenos que nunca fueron asignados. “Hace años pagamos por un lote y nunca nos dieron nada. Ahora vuelven a dejarnos fuera”, señalaron.
Afirman que Chemuyil ha sido excluido de los programas de vivienda social, mientras cientos de familias siguen hacinadas. “Llevamos décadas luchando por un terreno. No queremos dádivas, queremos certeza jurídica”, sostuvieron líderes comunitarios.
La protesta también fue un ultimátum. Aseguraron que no permitirán más exclusiones mientras el Gobierno presume programas sociales. “Aquí vemos cómo se construyen casas, pero a nosotros nos condenan al olvido”, enfatizaron.
Exigieron claridad en los criterios de selección, pues aseguran que nadie del poblado fue tomado en cuenta. Acusan favoritismo hacia otros sectores, pese a que ellos llevan años trabajando la tierra. “El pueblo Chemuyil no es de segunda. Merecemos la misma atención que cualquier comunidad”, afirmaron.
Advirtieron que seguirán alzando la voz hasta obtener una respuesta directa. “Ya no aceptaremos promesas vacías. Buscamos respeto, certeza y un espacio donde nuestras familias puedan crecer dignamente”, recalcaron.