
Cruz Alberto C. M., autor material de un multihomicidio ocurrido en enero del 2019, en la Región 219, fue encontrado sin vida en una vivienda del fraccionamiento Villas Otoch Paraíso, Supermanzana 259, según trascendió, su deceso se debió a una sobredosis de droga, en el lugar nadie lo acompañaba.
Autoridades municipales localizaron el cuerpo sentado en una silla a la cual fue condenado, luego de perder una extremidad al ser herido en medio de un enfrentamiento con las fuerzas castrenses en Jalisco, a donde huyó después de perpetrar la masacre y donde era sicario para el cartel al cual servía.
En enero del 2019, los habitantes de Cancún despertaron con la trágica noticia, seis jóvenes habían sido asesinados en una fiesta, así como un adulto mayor, y mientras más detalles salían a la luz de como sucedieron los hechos, entre ellos que todo se debió al berrinche de una menor alcoholizada, crecía el enojo entre la población.
Ese mismo año, a meses de ser capturado en Jalisco, y mientras enfrentaba un proceso, burló nuevamente a las autoridades de Cancún, al escapar del arresto domiciliario, cuando llegaron a buscarlo, encontraron el brazalete electrónico que monitoreaba sus movimientos, roto en una casa en otra Región.
Por ser menor de edad, supuestamente discapacitado, y aunque el peligroso adolescente era reconocido por las autoridades como miembro de un grupo delictivo, no fue capaz de llegar a la cárcel, y su defensa logró que su proceso lo llevara en casa.

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Se desconoce si, así como le facilitaban las sustancias prohibidas que acabaron con su existencia, orquestaba otros delitos desde aquella silla donde quedo postrado, siendo esta la única condena que pudo alcanzar en vida.
Su cuerpo fue trasladado a las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo), donde se le practicaría la necropsia de ley con la finalidad de conocer las casas de su deceso.