VALLADOLID, Yucatán, 28 de agosto.- Desde hace 5 años llega a esta ciudad doña Feliciana Hau Dzib a fin de vender sus frutas y verduras, recorriendo las calles de esta urbe.
Ella es originaria de Ticuch; empezó a vender sus productos en un “diablito”. Desde que murió su mamá y su hermana hace un año, quedaron bajo su cuidado y educación sus dos sobrinos, que todavía están estudiando.
Desde las primeras horas del día llega esta mujer, pregonando de casa en casa piñas, calabacitas, espelón, chayotes, plátanos, sandías, etc.
Termina su trabajo hasta las 5 ó 6 de la tarde o hasta que venda su mercancía.
Uno de sus sobrinos estudia en el Cobay. “Es cansado este trabajo, pero tengo que hacerlo para salir adelante con mis sobrinos, porque después de haber muerto la madre de ellos (mi hermana) yo soy su único sostén.
Soy soltera, nunca me casé y a mis 42 años tengo que trabajar para vivir”, finalizó.
(Manuel Vázquez Rivero)