Por Jorge Aguilar
A Pedro Villajuana lo conocí en la antesala de la oficina de nuestro Director, Don Mario Renato Menéndez Rodríguez. El era un veterano de Tixkokob y yo apenas llevaba mis primeras notas.
Pedro me preguntó de qué municipio era y cuando le respondí de Conkal, él enumeró a todos sus conocidos y amigos de mi pueblo. Muchos de ellos destacados beisbolistas que conoció en los campos llaneros.
Se asustó de verme nervioso y me preguntó por qué quería ver a Don Mario. Le respondí que llevaba mis primeras tres notas y las fotos. Quería ser corresponsal de Conkal.
Con su enorme sonrisa me pidió que me relajara y que no tuviera miedo. Me dijo que el Director de POR ESTO! era un hombre derecho y que apreciaría que “un chavo como tú le meta a la corresponsalía de Conkal”.
Sin saber por qué, entré primero que él. La figura de Don Mario siempre impone respeto. Me preguntó los orígenes familiares y que si conocía a Don Roberto Aguilar y a Don Rogelio Aguilar.
El primero era el tío de mi madre y el segundo mi abuelo materno. Ambos trabajaron con Don Mario como corresponsales del Diario de Yucatán y jugaron béisbol con él. Había historia y afinidad.
Después de largos minutos me pidió que escribiera con regularidad las notas de la corresponsalía de Conkal.
Al salir de la oficina me recibió la sonrisa de Pedro Villajuana y me preguntó: “¿Cómo te fue?”. Le respondí: “Muy bien” y le agradecí que me infundiera confianza.
A lo largo de 27 años trabajé a su lado. Pedro se adelantó en el camino para escribir sus notas de Tixkokob.
Descanse en paz.