Dra. Sylvia Zenteno Ruano
Alerta Ciudadana
Sólo una cosa es más dolorosa que aprender de la experiencia,
Y es,…no aprender de la experiencia.
Anónimo
Este asunto de los “huachicoleros” tiene tantas aristas y tantos puntos de abordaje que se vuelve un tema apasionante para analizar, sobre todo cuando mucha gente se pregunta, no por qué pasó la explosión de Tlahuelilpan, que es más que claro que estaba convocada a suceder ante tantos factores de riesgo conjuntados en un solo espacio, sino por qué las personas que estaban ante un producto altamente inflamable no lo respetaron, e incluso lo desafiaron, realizando juegos con la gasolina como bañarse con ella y tirársela al de enfrente. Era con mucho, una actividad de altísimo riesgo, un esfuerzo personal de delinquir, que se suma a todos los factores de corrupción y transa, que ya han sido mencionados, pero una actividad donde se priorizó la ganancia de realmente escasos pesos, y se minimizó el cuidado más ingente de cualquier ser humano que es el de preservar la vida. Si hacemos las preguntas adecuadas, podremos analizar una serie de actitudes “muy a la mexicana”, qué concurrieron en el terrible desenlace que tuvo este suceso.
Vamos por algunos mensajes y Tweets más, publicados en esos días, y que nos llevarán al análisis que hoy quiero compartir con ustedes, mis amables lectores que se siguen incrementando -ante mi enorme placer-, y que hoy me permite sumar a Tadeo, socio de mi amigo Aurelio, progreseños lectores de este diario Por Esto!, ¡gracias guerrillero!:
… “Ayer, cerca de las 14:00 horas, mientras trabajaba, conocidos me informaron que “estaban regalando gasolina”, que fuera con mis garrafones,…terminé mis labores de comerciante de alimentos y salí rumbo a casa… La incertidumbre no me dejaba en paz, comparé el precio de la gasolina legal, con el precio del “huachicol”,…seis pesos el litro,… fue suficiente para convencerme que tenía que ir por esa gasolina,…el ahorro lo valía”…, dijo, @SergenLech levantando un poco el labio superior, una expresión con la que buscaba terminar de comprender por qué la gente no obedeció a los elementos militares, que resguardaron la zona e intentaron alejar a los pobladores… Agarró garrafones de 20 litros, y se dirigió rumbo a la colonia San Primitivo. Cientos de personas ya se suministraban del combustible que sabían que no debían, lo sabían debido a la estrategia para combatir el huachicoleo que el gobierno federal ha implementado… sin embargo… Al arribar, encontró al tío de su esposa, Edmundo “N”, de 43 años, y su hijo Francisco de 13, quien resultó gravemente lesionado por las quemaduras, y tuvo que ser trasladado a un hospital de Toluca, y de ahí a Galveston. Los tres se repartieron las actividades, primero los botes de Sergio y luego los de Edmundo, pero el tiempo les ganó a todos a las siete de la noche… a él la suerte lo acompañó, había ido a su vehículo a llevar un bidón lleno… Edmundo falleció.
Pascal BeltrandelRio@beltrandelrio Director editorial del periódico Excélsior. Conductor de Titulares de la Noche de Excélsior TV y de la Primera Emisión de Imagen Radio (90.5 FM). Lo que empuja a la gente a hacer estas cosas...”. Es la falta de vigencia del Estado de derecho. Que no hay temor de violar la ley, porque la posibilidad de ser sancionado es mínima.
@beltrandelrio La tragedia en Hidalgo tiene dos momentos: el primero, la dolorosa pérdida de vidas, especialmente de menores de edad; el segundo, la lastimosa imagen de centenares de personas siendo parte de la rapiña. Podrán ofrecerles programas sociales, podrán invitarla a no robar... La gente sigue yendo a llevarse la gasolina, en cuanto se entera que hay una perforación de ducto. Esto tiene que ser motivo de una reflexión profunda.
@beltrandelrio Tlahuelilpan: las ordeñas de ductos continúan, pese al operativo del gobierno;…Y ocurrió lo que siempre hemos temido: una explosión/incendio mientras la gente se robaba la gasolina.
Leer estos Tweets, nos permite analizar cómo se ha ido normalizando nuestra capacidad de asombro, y le hemos dejado de prestar valor a lo que realmente es valioso. Leer que la gente diga… “Todo el combustible salía como fuente, y lo que caía sobre la milpa formaba charcos, y de ahí agarrábamos”,…nos permite entender, que a fuerza de verlo con frecuencia, la gente ha creído que es parte de la cotidianidad, y si vives en la tierra donde…“ahí se apuesta la vida… y se respeta al que gana… allí en mi León Guanajuato… la vida no vale nada”…, pues qué te vas a andar preocupando… si en su inconsciente jugarse la vida, es parte de vivirla… Imagínense este mensaje: “Algunos ya se desmayaban por el olor, era insoportable... De verdad, los sacaban arrastrando, algunos ya hablaban solos, intoxicados. Había un chingo de niños jugando mientras sus papás agarraban”, ¡OMG! ¡Niños jugando! ¡Nadie pensando!
Preguntémonos entonces… ¿Qué pudo estar pasando por la mente de tooodas estas personas, al día de hoy, 109 ya lamentablemente fallecidas? ¿Rrealmente necesitaban que los soldados acordonaran la zona, y les prohibieran robar la gasolina? ¿Será posible que ninguno haya pensado que eso podía explotar?,.. Al decir de varios testigos, los soldados SI les dijeron que era muy peligroso, que se retiraran, que podía explotar… ¿Por qué entonces no depusieron su actuar? ¿Por qué llevaban niños en brazos para andar entre gasolina? Hay un video de un hombre que, cargando un bebé de alrededor de 10 meses, inicia una arenga con los soldados, y para poder pelear con ellos le entrega el bebé a otra persona…¡Increíble!, ¡de verdad terrible!...Y las mujeres… ¿qué hacían ahí vomitando por no resistir el olor, pero incapaces de irse o llevarse a sus hijos y/o esposos?
Al analizar todas estas historias, debemos despejar muy despacito las causas que mueven a estas masas. Y ver el reflejo de este síndrome del “Espejo Social”, que ha estado mencionando Denisse Maerker en sus noticieros, y refutar con argumentos, los decires de los “chayoteros en vías de extinción”, que insisten en que… fue culpa del gobierno, y del Ejército, intentando eliminar las reales causas.
Permitan contarles acerca del modelo de comportamiento basado en “El Espejo Social”, que corresponde a “La imagen que tienen los demás de cada persona, y que generalmente corresponde a paradigmas creados en base a situaciones o vivencias de las personas”. Cuando nosotros vamos encasillando a alguien -generalmente con epítetos negativos-, lo vamos colocando en espacios donde la autoestima puede verse mermada,… expresiones como “siempre llegas tarde”, “eres un inútil”, “no eres bueno para las matemáticas” van llevando a las personas a permitir que “El Espejo Social” les provea de una imagen de ellos mismos que puede estar distorsionada, y no mostrar quienes realmente son. Así la expresión, “huachicolero” lo irá encasillando en otro nivel, un lugar donde podrá subir escalones sociales y económicos, que los sacarán de la imagen de “campesino jodido”, y lo pondrán en “los cuernos de la Luna”, por lo que le será muy importante verse y actuar en ese mejor status, que además lo pone en posición de “más macho”, y aunque esté fuera de lógica, le puede encantar verse así.
Según Charles Whitehead, en su libro “Theory Social Mirror” las personas no son capaces de la auto-reflexión, requieren de la referencia de las experiencias de sus compañeros. En otras palabras, las personas definen y resuelven sus reflexiones internas, a través de otros puntos de vista. Así cuando el compadre, el primo, el socio te dice vamos a agarrar gasolina “hay un chingo”, “no pasa nada”, “nosotros somos más chingones”, “sabemos cómo ordeñarla”, su imagen reflejada en estas expresiones lo conduce a ser “tan chingón como el compadre”…aunque la razón y la intuición le digan que no vaya a un riesgo seguro, incluso aunque la madre o la esposa se lo pidan…esa persona tiene que probar que es más “hombre” que esos remilgos femeninos. Si la única visión que tenemos de nosotros mismos, proviene del Espejo Social, y de las opiniones, percepciones, y paradigmas de las personas que nos rodean-, la concepción que tengamos de nosotros, será como la imagen reflejada en los espejos deformantes de los parques de atracciones.
Y si a ese Espejo Social que deforma la percepción de las personas, se le agrega un componente más de la conducta colectiva, tendremos el caldo de cultivo listo que produjo las conductas inadmisibles que hemos observado en este lamentable acontecimiento. Este componente se conoce como “Comportamiento Disruptivo”, y consiste en un conglomerado de conductas inapropiadas, donde se implica la interrupción o desajuste en el desarrollo evolutivo de los seres humanos, que los imposibilita para crear y mantener relaciones sociales saludables, y que provoca confrontaciones, tanto con adultos, como con sus pares, El Comportamiento Disruptivo tiene características diferentes que se han agrupado en:
Las llamadas Conductas disruptivas clásicas: Son conductas que se pueden encontrar en cualquier grupo humano independientemente del nivel socioeconómico al que pertenezca y que consisten en la Falta de cooperación, la Mala Educación, la Insolencia, la Desobediencia, la Provocación, la Agresividad, y la Falta de disciplina.
Las originadas por Causales Culturales: que consisten en la Incapacidad de respetar a las autoridades. El no reconocimiento de las limitaciones personales. La carencia de sensación de pertenencia que les provoca angustia y el reto permanente a la autoridad pensando en una superioridad de criterio.
Y las Conductas Personales: El exceso de ego. El Egoísmo. La Falta total de respeto a la autoridad o bien el Abuso de autoridad. El gusto por establecer Críticas destructivas. Y la Envidia.
Entonces díganme si no, lo que vimos en este evento y que se repite en muchas acciones de nuestros vecinos y paisanos es claramente un Comportamiento Disruptivo, donde las personas han incluso perdido la vida, antes de aprender el significado de la palabra ¡NO! El valor de esta palabra está tan mermado, que los padres casi no se atreven a externar esta sagrada palabra. No se diga si un maestro en la escuela quiere reprender a algún alumno…aparece el DIF y la CNDH a decir que se atenta contra los Derechos Humanos de los pequeños. Y sí, es cierto, en la antigüedad se abusaba de las acciones de autoridad, pero hoy en día los adultos jóvenes y sus vástagos, ya no saben reconocer el valor del respeto a las palabras que limitan o prohíben. Hoy la gente cree que en uso de su libertad puede transgredir hasta el más común de los sentidos. El instinto de supervivencia ha sido suplido por la decisión de hacer exactamente lo que se desea cuando se desea. Lamentablemente los hechos que la realidad está demostrando, están probando que, la palabra ¡NO! aún tiene el valor fundamental que puede salvarte la vida. Les espero con sus reflexiones y cómo me podría encantar me hicieran comentarios a estas opiniones. Nos vemos en chivizenteno@hotmail.com o en el 9992 71 38 92