Síguenos

Última hora

Vinculan a proceso a siete personas por narcomenudeo en Playa del Carmen; ¿quiénes son?

Yucatán

Conflicto con la nada, mundanía maya y española

Victor Salas

Después de tomar la decisión de ocupar Ichcaanzihó, los españoles invirtieron dos años en hacerla realidad. Ella era culminación de una serie de experiencias culturales, pero fundamentalmente geográficas, pues la familia Montejo conocía el territorio peninsular, conocimiento que incluía islas, puertos, lagunas, bahías, ciudades costeñas y las existentes en tierra adentro. Entre otros, Cozumel, Cotoch, Dzilam, Ah Kim Pech, Popol Há, Ekab, Tatemán, Tixchel, Acalán, Xicalango, Itzamkanac y un enorme etcétera de asentamientos mayas. Ellos hablaban la lengua de los naturales y, sin embargo, mantuvieron la costumbre de tener entre sus súbditos, a traductores locales.

Con conocimiento de causa, ellos se desplazaban de Xcan (Punta Laguna) a Cobá, de este punto iban a Ixil o Macán Xoc (en la laguna de Cacooch), desde donde regresaban a Tulum, pasando por Chun Huas y Dzonot Azul. Conocían los caminos para alcanzar Dzibachén, buscando la laguna de X Paay Toro, la de Noh Bec y la de Bacalar.

Sabían, por lo tanto, la inexistencia de metales preciosos o valores encumbrados por la ambición humana. En otras palabras, los quince años que separan la primera incursión española en los territorios mayas de la suplantación de Ichcaanzihó por una nueva capital, les sirvieron para tener un conocimiento profundo de los asentamientos y cultura de los mayas de Yucatán.

Con seguridad estaban hartos de tanto andar infructuosamente y sabían que no tenían a dónde más ir. Hacia el sur o el norte de nuestro territorio, había avanzadas militares conquistatorias.

Así las cosas, el 8 de noviembre de 1540, los capitanes Gonzalo Méndez y Francisco Tamayo, con soldados de Chiapas y Nueva España, Gaspar Pacheco con 25 hombres de a caballo acompañados de una cuadrilla de mexicanos auxiliares de la conquista, Juan de Sosa, con su mujer, hijos y algunos esclavos negros, conformaron un ejército de 400 hombres al que acompañaba perros de guerra, caballos y una partida de cerdos. También estaban los traductores Cot Ma y la señora Ca Hum Kuk. E igual, el guía espiritual Francisco Hernández. Salieron de Campeche y ocuparon Tenabo.

Habían cambiado estrategia: un primer grupo se instalaba en un lugar, acampaba unos días, invirtiéndolos en estudiar el próximo sitio. En tanto otro grupo salía de Campeche para repetir la acción y en el orden anterior, avanzarían sin percances.

El 18 de noviembre salieron de Hecelchakán con la instrucción de llegar a Poc Boc, lugar al que llegaron el 2 de diciembre y donde se les queman los bastimentos, armas, municiones y ropa.

Ya era 20 de diciembre cuando llegaton a Calkiní. Los mayas estaban tras una gran empalizada, pero el Mozo logró vencer a los resistentes. El 3 de enero de 1541, el Mozo hizo su entrada triunfal a Calkiní. Una descarga de ballestas y arcabuces anunció la entrada de Montejo el Mozo al centro del pueblo. Fue recibido por el Halach Nabatún Canché Canul, quien rindió pleitesía al rey de España, aceptando su vasallaje. En correspondencia, el Mozo lo hizo encomendero con el nombre mestizo de Gaspar Pacheco Nabatún.

Abandonaron el lugar el 10 de febrero y se instalaron en Halachó, donde el jefe español decidió acampar 6 meses para esperar todos los recursos que le llegarían de Campeche. Ahí se enteró del alboroto que armaba en el pueblo de Chakán, el sacerdote Ah Kin Chuy. Una noche 60 soldados secuestran al místico maya, y acabaron con la sedición.

Esas noticias vuelan a los cacicazgos mayas. El 28 de mayo una enorme delegación de nobles de Maní visitó a Montejo. En esa ocasión y lugar, se estrecharon lazos y surgió una convivencia fructífera.

Las acciones y el andar del ejército ocupacionista se precipitaron: el 15 de agosto entró a Maxcanú Juan Vela, el 30 de ese mes ocupaton Kopomá, el 1 de noviembre, el Sobrino encabezó la entrada a Chocholá, donde no encontraron pobladores.

El 7 de noviembre llegaron a Dzibikal, hoy Umán. Dicen los anales: “Dzibikal es uno de los pueblos más avanzados de la provincia de Chakán. Tiene colindancia con la población de Ah Canul y muy próxima al sitio de Ichcaanzihó”.

Amaneciendo el 30 de noviembre, 20 hombres capitaneados por Francisco Moreno Álvarez, salieron a explorar el asiento de Ichcaanzihó.

Paulino Conde dijo: “Ichcaanzihó, abandonada 200 años antes de la llegada de los españoles, es un lugar ocupado por una aldea de indios con casas de palma y extensos patios donde cultivan hortalizas y frutas. Son pacíficos. Pertenecen al cacicazgo de Chakán, cuya cabecera es Caucel”.

25 de diciembre de 1541

Blas González, en su crónica de la Conquista de Yucatán, apunta que el capitán Francisco Moreno de Álvarez, exclamó ante las ruinas de la ciudad: “¡Se parece a Mérida!” y que el “cerro poniente fue para el Mozo, el de oriente para el Sobrino, el del sur para los soldados mexicanos y el cerro noreste para los mayas amigos”.

El 6 de enero de 1542, cuando Montejo el Mozo lee el acta fundacional, da a conocer la traza de la ciudad, otorgando solares para la iglesia y las familias más destacadas que lo acompañaron en ese pacífico andar, en el que venían, como hemos visto, negros, mexicanos y algunas mujeres.

Siguiente noticia

Cientos disfrutaron del 'delicioso sabor de ayudar”