Ariel Sánchez Gómez
El maestro se construye en el salón,
el maestro ama y disfruta su misión,
el maestro enseña con conciencia y con pasión,
a toda pregunta, le da una explicación.
El maestro da herramientas y también da material
su vocación y entrega, no es algo circunstancial.
Considera a sus alumnos, el elemento especial
son su interés y preparación, la meta fundamental.
Muchos se podrán llamar maestros,
también muchos intentarán enseñar.
Pero jamás quizás podrán ser tan diestros,
pues en valores y actitudes se tienen que formar.
Ser maestro, es sinónimo de gran sapiencia,
es ser amigo y entender cada conciencia,
es valorar a cada niño en su inocencia,
y desarrollar en cada uno, ese don de inteligencia.
El maestro aplica disciplina y no castigos,
el maestro corrige y nunca humilla.
El maestro a todos sus alumnos, hace amigos
tiene paciencia y jamás alguno encasilla.
Por eso a ti te llamo maestro y formador,
si, a ti que me enseñaste esta noble labor.
Pues jamás habría trabajado con tanto amor,
que en esta noble profesión de gran valor.
A ti te llamo maestro, ejemplo fecundo de saber,
a ti que tienes la solución, para encontrar el placer,
y ofrecer alternativas que te puedan convencer,
que hay caminos nuevos, para hacerte crecer.
(Ariel Sánchez Gómez)