Lorenzo Salas González
El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, es un hombre de palabra y esto lo está demostrando desde antes de tomar posesión del más alto cargo político de México, aunque para cumplir tenga que enfrentar a los miles de perdedores que no terminan de asimilar su derrota.
Como él mismo ha destacado, de los cien compromisos hechos durante las campañas electorales, ya cumplió 78, lo que es bastante, sobre todo porque una enorme mayoría de ellos son en beneficio de los pobres, quienes esperaron durante décadas que los beneficios de la Revolución les llegaran.
Por eso se irritan tanto los lambiscones de los neoliberales que con tal de dañar a quien lucha denodadamente por sacar a México de la corrupción y eliminar la impunidad, no les importa mentir desvergonzadamente –si algún día conocieron la vergüenza– y se ufanan de su labor, a la que consideran patriótica porque está al servicio del vecino del Norte.
Un ejemplo de mentiroso y tergiversador es Leo Zuckermann, conductor del programa “Es la hora de opinar”, quien usa como base de su argumentación la información que se elabora en Estados Unidos, como es el caso de las calificadoras, contra las cuales se enojó nuestro Presidente y a quienes criticó por su silencio durante el período neoliberal y ahora que México está haciendo el esfuerzo por reparar los destrozos que nos dejaron los presidentes que aplicaron tal modelo fracasado y aún así lo siguen defendiendo como si hubiera sido una panacea.
Hace unas semanas, AMLO señaló que las cuentas de las calificadoras no estaban bien, pues mientras que los números del gobierno federal indicaban una cantidad de crecimiento del empleo, las calificadoras decían que era otra menor, hasta que uno de los simpatizantes en el programa citado dio la explicación: Si bien es cierto que Morena había creado 350 mil nuevos empleos, estos no son tomados en cuenta por las calificadoras porque no son creados por las empresas privadas sino por el gobierno. De ahí que sigan diciendo los corruptos analistas de las calificadoras que no está creciendo el empleo en México.
El uso del adjetivo “corruptos” no es casual, porque hace dos semanas, las supuestas impolutas calificadoras fueron multadas por varios millones de dólares en Estados Unidos… ¡por corruptas!
Por eso tiene toda la razón López Obrador cuando le responde a un periodista “Yo tengo otros datos”, frase de la que se han burlado hasta la saciedad los adversarios del régimen, porque lo que pretenden es el total desprestigio del gobierno Morenista. Por eso AMLO ya no les hace caso, pues el Gobierno mexicano tiene todo el derecho a manejar sus propios datos y hacer a un lado a los extranjeros que ya han sido bautizados por los jóvenes como “chayoteros”.
Las explicaciones que da Pedro Ferriz De Con no sólo son insulsas, sino carentes de sustento, pues sólo se dedica a decirle mentiroso al Presidente. Tal vez sea en cumplimiento del compromiso contraído con alguna estación de radio norteamericana de derecha, porque tonto no es.
Mientras todo esto sucede, el modelo neoliberal se está yendo para afuera y el modelo “pragmático” –así bautizado por Zuckermann– avanza incontenible merced al tesón, la enjundia y la tenacidad de los morenistas.