Las banquetas, aceras o escarpas como comúnmente les llamamos, causa a muchos propietarios de predios una confusión de a quién realmente pertenecen.
Este es el caso de muchos extranjeros que vienen a vivir a nuestra ciudad, quienes probablemente desconozcan los derechos peatonales, o bien el Reglamento de la Ley de Tránsito de Yucatán que en su artículo 2, inciso I, define como Acera: la parte de la vía pública elevada y construida a los lados del rodamiento, destinada exclusivamente para el paso de peatones. También, en el mismo artículo establece en su inciso LVIII que los usuarios de las vías públicas, son los peatones, conductores y pasajeros.
En su fracción LXV, establece que la vía pública es una calle, avenida, camellón, pasaje y en general todo espacio de dominio público y uso común…
Esta introducción obedece a que en un predio ubicado en la calle 43 entre 58 y 60, se encontraba una lona de gran tamaño que decía lo siguiente refiriéndose a la acera como área de su casa: “El área de esta casa no es un anexo para: atar a los perros, dejar motos, bicicletas, llamadas telefónicas y no es área de fumar, mucho menos tirar las colillas (con toda razón sobre las colillas) que contaminan demasiado.
Como muchas casas del centro, esta casa no cuenta con garaje, motivo por el cual, el propietario del predio en cuestión, designó su lugar con dos tubos colocados en forma vertical sobre la calle (lo cual debería ser considerado como destrucción de la vialidad), y de acuerdo a los reglamentos de tránsito, no tiene la exclusividad de estacionar su vehículo en el frente de su casa, si en el interior de la misma no posee un lugar destinado para esto.
Quienes piensen que se trata de un acto de agresividad en contra de algún extranjero, esta es una simple respuesta a su libertad de expresión sobre el texto escrito en la lona colgada en su domicilio, que a mi punto de vista agrede, porque no somos islas para imponer los reglamentos que mejor nos parezcan solamente por haber adquirido un hogar.
Lo que pase adentro del mismo, sí estará regido por cualquier prohibición que la persona en cuestión elija, pero como ciudadana, creo que hay cuestiones que deben revisarse, porque si bien es cierto que muchos norteamericanos están rescatando las casas del centro de la ciudad, no lo están haciendo como una obra altruista: les resulta una magnífica oportunidad para invertir en predios a bajo costo, que al remodelarlos quedan en un sitio privilegiado como lo es el Centro Histórico de Mérida, en donde deben también saber que es una de las áreas en donde existe vida nocturna, porque, ¿quién ha visto el Centro de una ciudad del tamaño de Mérida muerto?
Desgraciadamente en esta vida no se puede todo, y agradecemos que nuestra ciudad sea de su agrado, pero deben entender que aquí ya existen reglas establecidas, y que son ellos los que deben adaptarse a ellas, y respetar las costumbres y convivir con los locales de la mejor manera posible y viceversa.
Para que no haya ningún malentendido, ¿podría el Ayuntamiento de Mérida darles la bienvenida a los extranjeros, proporcionándoles un curso sobre los reglamentos de nuestra ciudad a fin de que no se creen falsas expectativas, de que las aceras y calles frente a sus casas, forman parte también de la propiedad? O bien, que los agentes de bienes raíces los pongan al tanto.
Con información Pilar Faller Menéndez
Por Redacción Digital Por Esto!