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Yucatán

Pueden incrementarse ira y violencia en hogares

Todavía no hemos entrado al pico más alto de esta contingencia por el Covid-19, todavía se espera que aumente y, con ello, también pueden incrementarse la ira y la violencia dentro de los hogares, destacó ayer el Dr. Paulino Dzib Aguilar, profesor investigador de la Facultad de Psicología de la UADY.

El también director de la Clínica de Justicia Terapéutica de Yucatán (Clijutey) resaltó que son importantes las estrategias que se puedan llevar a cabo para contener este brote al interior del hogar.

Expuso que, en esta contingencia, en la que la gente ha tenido que permanecer en sus casas, aumentó las horas de convivencia entre las personas y también se redujo el espacio entre ellas.

Explicó que en los estudios de psicología ambiental se ha demostrado que cada persona tiene un espacio vital, es decir, que cada persona tiene una distancia con otros con la que se siente cómoda, además de la tolerancia también a cierta temperatura, olores, iluminación, etc., y todos estos factores se cruzan hoy y se crean conflictos y más estrés que deriva en violencia o ira.

La Ley Seca

“Tenemos a la gente conviviendo un número mayor de horas, en construcciones de techos bajos, calurosas, donde se mezclan olores y sonidos. Todo esto lleva a una crisis y se reacciona con ira y con violencia en muchos casos, porque se altera el plan cotidiano”, externó.

Dijo que por eso en muchas Entidades y municipios se ha tomado la decisión de decretar también Ley Seca, porque el alcohol es un detonante de la violencia porque inhibe el espacio frontal de cerebro que tiene que ver con el razonamiento.

“Pero hay que recordar que todavía estamos en el pico bajo de esta pandemia, no hemos entrado al pico alto y nos queda todavía mucho tramo y conforme aumente el problema va aumentar también la frustración que se puede detonar un problema mayor en casa”, manifestó.

Por tanto, dijo que con el aumento de casos de coronavirus y la prolongación de la contingencia, se espera que también pueda aumentar el estrés, la ira y la violencia. La violencia se puede ejercer en contra de las mujeres o de los niños y niñas, pero también contra los hombres, cuando las mujeres también se sientan con ira y pueda crecer el problema en un sentido bidireccional.

Dijo que en los espacios donde ya existía la violencia son propicios para que esta aumente con la situación que se vive.

“Por ahora es una ventaja que la atención se sigue dirigiendo al exterior, hacia la contingencia y lo que sucede fuera de hogar, pero en algún momento la atención se centrará exclusivamente en el interior del hogar, por el mayor contacto y esto puede detonar en un problema mayor”, advirtió.

En este sentido, dijo que se necesita una política específica sobre este tema para dar opciones a la gente; puso como ejemplos, la lectura u otras actividades de tipo cognitivo, así como propiciar más actividades y dinámicas físicas, que permitan a la gente gastar energía dentro del hogar.

“Y ante los escenarios que pueden ser muy pequeños, hay que ser muy creativos para que el cuerpo tenga actividad y sería un error dejar este tema solo al pensamiento y a lo intelectual, porque se necesitan también actividades físicas que permitan reducir la ira”, concluyó.

(David Rico)

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