Apenas en julio de 2024, el huracán Beryl tocó tierra en la Península de Yucatán como categoría 2, dejando lluvias, cortes de energía eléctrica y daños menores en la zona costera de Quintana Roo y el oriente yucateco.
Fue el primer huracán de categoría 5 en la escala Saffir-Simpson formado en el Océano Atlántico durante ese año, y su paso sirvió como recordatorio de que, pese a la aparente calma, el Caribe es una región donde los ciclones tropicales pueden transformarse rápidamente en amenazas de gran magnitud.
Hoy, la historia podría repetirse con Melissa, una tormenta tropical que –según los modelos meteorológicos– podría convertirse en uno de los huracanes más poderosos registrados en la región.
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El meteorólogo Juan Vázquez Montalvo, de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), explicó que Melissa avanza lentamente a una velocidad de apenas 7 km/h, pero con condiciones que podrían permitirle alcanzar la máxima categoría en la escala Saffir-Simpson en los próximos días.
“Los modelos matemáticos indican que, al ubicarse al sureste de Jamaica, podría ser ya un huracán mayor categoría 3 o 4, y para el lunes alcanzar la categoría 5. De cumplirse estas previsiones, estaríamos ante uno de los huracanes más intensos registrados en el mar Caribe”, señaló el especialista.
Piden mantener la calma
Aunque el sistema no representa un peligro inmediato para Yucatán, Vázquez Montalvo llamó a la calma y a mantenerse informados solo por canales oficiales.
La trayectoria actual ubica a Melissa desplazándose por el Caribe central hacia el sur de Jamaica, mientras su desarrollo es afectado por viento cortante y vaguadas que ralentizan su movimiento. Estos mismos factores son los que actualmente impiden que se dirija hacia aguas del Golfo de México, reduciendo el riesgo para la Península de Yucatán.
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No obstante, el experto advierte que podrían sentirse efectos indirectos: lluvias intermitentes, oleaje elevado y rachas de viento moderadas, principalmente en la costa norte y oriente del estado. “No hay que caer en noticias alarmistas o especulaciones –dijo–, pero tampoco confiarse. La vigilancia debe ser constante”.
Prevención y coordinación
Ayer, durante la Mesa Estatal para la Construcción de la Paz y Seguridad, el gobernador Joaquín Díaz Mena insistió en la importancia de mantener una vigilancia permanente durante toda la temporada de lluvias y ciclones tropicales. “No podemos bajar la guardia. Yucatán debe estar siempre preparado ante cualquier amenaza meteorológica”, afirmó.
El titular de la Coordinación Estatal de Protección Civil (Procivy), Hernán Alejandro Hernández Rodríguez, informó que el fenómeno está siendo monitoreado de manera permanente y que ya se han activado protocolos preventivos.
“Por el momento, no hay riesgo para la entidad, pero siguiendo las instrucciones del Gobernador, hemos iniciado acciones para fortalecer la capacidad de respuesta y comunicación con los municipios”, explicó.
La reunión incluyó la participación del secretario de Seguridad Pública, Luis Felipe Saidén Ojeda; el comandante de la 32ª Zona Militar, general Bernardo Reyes Herrera; representantes de la Guardia Nacional y de la Novena Zona Naval, así como autoridades federales y estatales. Todos coincidieron en que la clave para enfrentar cualquier contingencia es la coordinación interinstitucional.
“Yucatán sigue siendo uno de los estados más seguros del país –dijo el gobernador Díaz Mena–, pero la seguridad también implica preparación ante fenómenos naturales. Agradecemos el respaldo del Gobierno federal y de la presidenta Claudia Sheinbaum para fortalecer los mecanismos de protección civil en la entidad”.
Lecciones de los huracanes
La historia reciente de la península ha dejado una huella indeleble en la memoria colectiva. Los huracanes más devastadores del Caribe han tocado alguna vez sus costas: Gilberto (1988), Isidore (2002), Wilma (2005) y más recientemente Beryl (2024).
Cada uno de estos meteoros dejó enseñanzas sobre la importancia de la prevención y la fortaleza comunitaria frente a los embates de la naturaleza.
Cada temporada ciclónica renueva el desafío: mantener informada a la población, fortalecer la cultura de prevención y evitar la desinformación. En ese contexto, la aparición de Melissa –aún distante pero potencialmente poderosa– se convierte en una oportunidad para reforzar la conciencia colectiva.
Un llamado a la preparación
Los expertos coinciden: los huracanes no deben tomarse a la ligera, pero tampoco con miedo. La clave está en la información verificada, la previsión y la solidaridad. Las autoridades reiteran: los pronósticos pueden cambiar en cuestión de horas, por lo que la vigilancia debe continuar.
En cada hogar yucateco, el mensaje es claro: revisar techos y ventanas, tener a la mano linternas, agua potable, documentos importantes y mantenerse atentos a los reportes del Servicio Meteorológico Nacional y de Procivy.
Aunque Melissa no apunte hacia Yucatán, la experiencia de huracanes pasados recuerda que la prevención salva vidas. Y en esta tierra acostumbrada a mirar el cielo, cada nube trae consigo no sólo agua, sino la certeza de que la prudencia es el mejor refugio ante los caprichos del Caribe.