Progreso cierra el año enfrentando nuevamente un serio problema ambiental: la persistente acumulación de basura en varios puntos de manglares, una situación que continúa afectando los ecosistemas y la imagen turística del puerto, aseguraron ecologistas.
La presencia constante de desechos sólidos, arrojados por visitantes y habitantes del municipio se ha convertido en un factor que deteriora estos espacios naturales.
A lo largo de los años, los manglares han resentido los efectos de la contaminación, situación que no sólo altera el equilibrio ecológico, sino que también genera un impacto negativo para el turismo.
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Gran parte de los atractivos naturales del puerto muestran señales de degradación debido a la presencia de desperdicios, lo que afecta la experiencia de quienes buscan conocer la flora y fauna silvestre de la región.
Uno de los ejemplos más visibles de este problema se encuentra en la carretera al Sur de Progreso. En los costados que colindan con zonas habitadas pueden observarse toneladas de desechos sólidos. De hecho, la fauna nativa, antes común en la zona, se ha vuelto cada vez más escasa debido a la acumulación de basura, el avance de predios irregulares e invasiones.
A pesar de las constantes jornadas de limpieza realizadas por autoridades, asociaciones civiles, voluntarios y empresas privadas, los espacios recuperados vuelven a llenarse de basura en pocas semanas.
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Un caso notable es la denominada Zona Cero, área ambiental recuperada en casi un 90 por ciento mediante esfuerzos coordinados. Gracias a la vigilancia y al compromiso de residentes, este sitio se ha mantenido relativamente limpio y hoy constituye un referente natural en Progreso. Sin embargo, es sólo una pequeña parte del extenso sistema de manglares que rodea al puerto y sus comisarías, donde persisten serios problemas de contaminación.
Ante este panorama, ecologistas y grupos dedicados a la protección ambiental han manifestado su preocupación e inconformidad por el continuo arrojo de basura en los humedales. A estos esfuerzos se han sumado actores del sector turístico, vecinos y diversas agrupaciones que buscan generar conciencia y frenar el deterioro.
Aunque se realizan importantes esfuerzos por limpiar y mantener las zonas en condiciones adecuadas, la continua acumulación de basura, junto con la destrucción de manglares y pérdida de hábitat afecta también a las especies que dependen de estos ecosistemas para sobrevivir.