
Para muchas mujeres en Yucatán, la maternidad no ha sido una elección, sino una imposición dictada por la cultura, las expectativas sociales o incluso por la falta de información y acceso a servicios. Ante esto, organizaciones como la Red de Acompañamiento Yucatán, encabezada por Milka Abril Rodríguez Cárdenas, trabajan para que cada mujer pueda decidir libremente si desea o no ser madre, sin presiones ni juicios.
“Lo que buscamos es que la maternidad sea deseada, que sea una decisión tomada con libertad, no impulsada por los mandatos de género que históricamente nos han hecho creer que nuestro único camino de realización es ser madres”, explicó Rodríguez Cárdenas.

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Desde esta perspectiva, la maternidad no es vista como un deber impuesto, sino como una posibilidad válida sólo si nace de la voluntad personal y consciente. Para lograrlo, la Red brinda acompañamiento a mujeres que están atravesando procesos de decisión relacionados con la maternidad, el aborto o la planificación familiar.
En este contexto, la Red también cuestiona el origen y uso político del Día de la Madre, que se celebra cada 10 de mayo. De acuerdo con Rodríguez Cárdenas, esta conmemoración fue impulsada por sectores conservadores para contrarrestar el avance de los movimientos feministas y reforzar la idea de que el destino natural de la mujer es la maternidad.
Aunque en Yucatán se han dado pasos hacia la despenalización parcial del aborto, para la Red de Acompañamiento la lucha continúa. La organización señala que aún existen muchas barreras sociales, legales e institucionales que impiden a las mujeres ejercer su derecho a decidir sin ser juzgadas o criminalizadas.

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Una de las principales herramientas que la Red impulsa es la educación sexual integral desde la infancia y adolescencia. Para la organización, prohibir nunca ha sido la solución, y la falta de información ha sido históricamente uno de los principales obstáculos para que las mujeres ejerzan sus derechos.
Aunque la despenalización representa un avance, para la Red el verdadero cambio llegará cuando existan condiciones reales de libertad. Por eso, seguirán brindando acompañamiento comunitario, apoyo emocional e información a quienes lo necesiten, así como capacitación a funcionarios y funcionarias públicas para que actúen con perspectiva de derechos humanos.