
La costa yucateca atraviesa una crisis ambiental silenciosa pero alarmante: la pérdida de miles de hectáreas de manglar, uno de los ecosistemas más valiosos para el equilibrio natural y la protección del litoral. Según datos federales, en los últimos 12 años se han devastado más de 230 hectáreas de manglares en terrenos federales ubicados en la franja costera del estado.
Esta situación se enmarca dentro de un panorama nacional preocupante: en marzo de este año, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) alertó que México ha perdido cerca de 150 mil hectáreas de manglar —alrededor del 15% del total nacional—, a pesar de ser uno de los países con mayor extensión de este ecosistema, ocupando el tercer lugar a nivel mundial.
Yucatán no ha escapado a este proceso de deterioro. Durante una reciente visita a la entidad, la titular de la Semarnat, Alicia Bárcena Ibarra, señaló la destrucción de manglares como uno de los temas prioritarios. En particular, se investigan casos como el de la comunidad costera de Sisal, catalogada como Pueblo Mágico, donde se reportó la eliminación de más de 100 metros cuadrados de vegetación protegida, presuntamente por particulares nacionales y extranjeros.

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Las autoridades estatales han reconocido que la pérdida de cobertura vegetal se remonta al menos a 2016, con continuidad durante las administraciones siguientes. Este fenómeno ha sido vinculado al crecimiento urbano desordenado, el turismo masivo y proyectos de desarrollo mal regulados.
Acciones de restauración
Sin embargo, no todo son malas noticias. Como respuesta, el Gobierno del Estado, a través de la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS), junto con la sociedad civil, ha comenzado acciones puntuales de restauración. El pasado domingo, en el marco del Día Internacional de la Conservación del Ecosistema de Manglares y el sexto aniversario de la organización Limpiemos Yucatán, se realizó una extensa jornada de limpieza en los humedales de Chuburná Puerto.
Desde temprana hora, más de 430 personas se sumaron a esta causa. Entre los participantes se encontraban empleados de distintas empresas, representantes de agrupaciones civiles, servidores públicos y ciudadanos voluntarios. Tras ocho horas de trabajo, se recolectaron mil 866.8 kilogramos de residuos —casi dos toneladas— que afectaban a este frágil ecosistema.
Siembra de mangle
La titular de la SDS, Neyra Silva Rosado, destacó que, además de sanear los espacios naturales, estas jornadas permiten clasificar y procesar los residuos recolectados, con apoyo de la organización Ecoce, A.C., encargada de su destino final. Vidrio, PET, aluminio, llantas y basura general son separados y canalizados mediante esquemas de reciclaje y coprocesamiento.
En paralelo a la limpieza, se inició la siembra de más de 100 mil plantas de mangle de diversas especies: rojo, negro y verde, a lo largo de diferentes puntos de la costa. Esta medida busca restaurar el equilibrio ecológico de la zona, así como reforzar la barrera natural que protege a las comunidades costeras frente a fenómenos meteorológicos.
Fernando Méndez Alfaro, fundador de Limpiemos Yucatán, subrayó la importancia de actuar desde lo local. “Pequeñas acciones hacen grandes cambios”, afirmó. Por su parte, el delegado de la Semarnat en Yucatán, Guillermo Porras Quevedo, reconoció la labor de la entidad como pionera en las tareas de saneamiento costero y reafirmó que estas jornadas forman parte de la Estrategia Nacional de Limpieza de Playas impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum.