
De entre la amplia variedad de frutas tropicales que existen en el Continente Americano, se destaca una, cuya particularidad es la forma en que se desarrolla su semilla, creciendo en el exterior del fruto y no en el interior, como el resto.
Se trata del marañón (Anacardium occidentale), un árbol originario de Brasil, que puede alcanzar hasta los 15 metros de altura. Sus flores pequeñas cuentan con tintes rojizos y se encuentran conformadas en grupos.
Su fruto y semilla expuesta, recuerdan a la forma de los chiles habaneros, aunque evidentemente cuenta con notables diferencias. Puede consumirse crudo o en dulce, y es un alimento que aporta vitamina A y C.

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Cabe destacar que de la semilla se extrae un aceite que se utiliza para condimentar ensaladas, endurecer chocolates, así como para fabricar margarinas. El árbol es cultivado ampliamente en el sureste de México, incluyendo la Península de Yucatán, en donde crece en huertos familiares y cercas vivas.
Otra fruta con semilla expuesta
La fresa, ampliamente popular y comercializada, también es un fruto que cuenta que semillas expuestas, y aunque es muy diferentes al marañón, ambas comparten esa peculiar característica, que podría resultar única en el mundo.