
Las llamadas de extorsión se han convertido en una modalidad de fraude dirigida tanto a empresarios establecidos como a familias cuyos números telefónicos caen, por azar, en manos de delincuentes. Hace algunos meses, en Tizimín se popularizó este modus operandi, y en los últimos días se han vuelto a registrar reportes por parte de comerciantes locales.
Aunque quienes realizan estas llamadas suelen estar en cárceles, o incluso en otros estados o países, los extorsionadores poseen gran habilidad para envolver a sus víctimas y obtener información sin que estas se den cuenta, la cual utilizan en ese momento para infundir miedo.
Recientemente, en Tizimín se han detectado nuevos casos dirigidos a comercios locales, lo que ha llevado a la Policía Municipal a actuar con rapidez en los puntos reportados, con el fin de evitar que se consume el fraude.
El caso más reciente fue el de una empresaria dedicada a la venta de ropa, quien recibió una llamada de extorsión. Ella actuó con rapidez al comunicarse al 911, lo que permitió el envío inmediato de unidades para brindarle asesoría.
El modo de operación consiste en informar sobre presuntos secuestros de familiares, exigir pagos por “protección” o cobros de piso. Lo más alarmante es que, en muchos casos, los datos que proporcionan durante la llamada son reales, lo que provoca que las víctimas entren en pánico y realicen depósitos por fuertes sumas de dinero.
Ante esta situación, las autoridades exhortaron a familias, comerciantes y al público en general a no contestar llamadas de números foráneos, especialmente si tienen marcación de nueve dígitos, a menos que se espere previamente una llamada. En caso de recibir una extorsión, se recomienda no continuar la conversación y dar aviso inmediato a la Policía, quienes verificarán la situación en caso de que se informe sobre un supuesto secuestro.