Como cada temporada navideña, María Mercedes Canul Tzul, mejor conocida como Doña Mechita, trabaja a marchas forzadas para satisfacer la demanda de las decenas de compradores que arriban a su domicilio, ubicado en la calle 18 por 25 y 23 de la colonia Chuburná, al Poniente de Mérida, para adquirir las tradicionales piñatas de pavo.
A sus 96 años, Mechita asegura que no le gusta de estar acostada e inactiva, sino todo o lo contrario. Reveló que padece depresión y ansiedad, afecciones que combate elaborando las icónicas piñatas, que incluso han sido ilustradas en libros y exhibidas en museos, como cuenta la talentosa mujer originaria del municipio de Tizimín.
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Refirió que desde hace aproximadamente 40 años se dedica a la elaboración de este tipo de productos, actividad que aprendió luego de tomar clases. “Quién iba a saber que yo iba a salir en el periódico”, comentó la carismática María Mercedes, con una sonrisa dibujada en el rostro.
“Con esto me mantengo todo el año”
Más allá de la atractiva atmósfera que envuelve a la adulta mayor y a sus icónicas piñatas, se encuentra una emprendedora, que agradece a los medios de comunicación por difundir su labor, la cual le garantiza obtener ingresos en medio de una realidad encarecida que desgasta el bolsillo de las familias yucatecas.
Doña Mechita ofrece cada piñata de pavo y viejo (tradición asociada al 31 de diciembre) en $300 pesos, aunque también cuenta con renos que vende en $250 pesos. Este año elaboró 60 piñatas de las cuales ha logrado vender 52.
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Una vida longeva
En septiembre de 2026, María Mercedes Canul cumplirá 97 años de edad. Aunque reveló que todas sus hermanas y hermanos han fallecido, aseveró que su padre murió a los 112 años, situación que hace pensar, que la famosa vendedora de piñatas podría rebasar un siglo de existencia, al tiempo que su popularidad continúa creciendo, convirtiéndose en un auténtico hito, capaz de perdurar a lo largo del tiempo.