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Yucatán / Sucesos

Turba 'Perdona” a presuntos secuestradores

ESCARCEGA, Cam., 13 de octubre.- Tras enterarse que la niña Aurelia Rodríguez Aranda estaba viva y que fue vista en Campeche con una señora, presunta conocida de sus padres, finalmente los habitantes de División del Norte permitieron que las autoridades ministeriales dispusieran, en horas de la madrugada del sábado, de los sujetos y la mujer que tenían retenidos en la Comisaría Municipal, a quienes amenazaban con quemar vivos.

Las personas a las que amenazaban con asesinar, quemándolas, y que tenían retenidas mediante supuestos y por acusaciones de estar presuntamente implicadas en el caso de la desaparición de la menor, hace una semana, en calles de esa Junta Municipal, eran Pablo Guzmán Díaz, de 50 años de edad; Joselyn Oziel Becerril Vázquez, 23 años; Luis Rey Vidal García, de 23 años; y Omar Armando Mora Velázquez.

Su relación con el caso fue de lo más absurda. Unas niñas comentaron a sus padres que una compañerita les había dicho en la escuela primaria, su mamá escuchó en una plática que los ciudadanos Jesús Mora Velázquez y Omar Armando Mora Velázquez, “sabían” donde se hallaba la menor desaparecida, y que otras personas estuvieron rondando la casa de Aurelia, antes de que desapareciera.

Así, el rumor se fue haciendo grande, hasta que se dio como un hecho que Omar Armando se había ido a internar en el anexo contra adicciones que funciona en el ejido, porque esa sería la manera de esconderse de lo que había hecho, por lo que el ejido entero entró en una psicosis colectiva y, sin ninguna prueba, fue a sacar de sus casas a Pablo Guzmán Díaz, Joselyn Oziel Becerril Vázquez y a Luis Rey Vidal García.

Esas tres personas fueron llevadas a la fuerza y encerradas en la comisaría, donde más tarde también llevarían a Omar Armando Mora, a quien sacaron a la fuerza del anexo, tirando la puerta del lugar, ante la resistencia de quien lo administra. Este fue golpeado en reiteradas ocasiones, y a pesar que se dijo inocente, del mismo modo que los primeros, estaba destinado a morir en la hoguera.

Y tal como dimos a conocer en la edición del sábado, los habitantes del ejido no dejaban que se llevaran a los sospechosos, a pesar de la insistencia de que serían trasladados a la Vicefiscalía General Regional para declarar, pero no lo permitieron hasta que después de tantas acusaciones, el padre de la niña los hizo entrar en razón, ya que éstos aparentemente no tenían nada que ver.

A la niña la vieron en Campeche, llegando a la terminal de autobuses en compañía de una mujer. Se enteraron incluso que decía que se iba a ir a trabajar a Campeche, ya que su padre la golpeaba, de la misma manera en que hacía con su madre, quien vivía en Sihochac, Champotón, precisamente por temor a tantas golpizas que le propinaba.

Fue así como en la madrugada se dejó a los policías municipales, agentes ministeriales y ministerio público trasladar a Escárcega a quienes el pueblo quería linchar y a quienes finalmente “perdonó”, al saber que habían metido la pata, aunque los afectados aún podrían interponer denuncias por privación ilegal de la libertad, difamación y homicidio en grado de tentativa.

(Martín Contreras)

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