El operador de un tracto-camión Kenworth de la “Fletera Atlante”, ayer sábado por la mañana transitaba por el arroyo interior del Anillo Periférico y dio vuelta en el retorno ubicado a la altura del kilómetro 4+900, aproximadamente; lo malo fue que los dos remolques que jalaba la pesada unidad ocuparon los tres carriles de circulación del arroyo exterior y ocasionó que un camión cargado con 14 metros cúbicos de polvo de piedra se impactara contra ellos.
Es importante señalar que algunos choferes de vehículos pesados abusan del tamaño de dichas unidades para dar vuelta donde quieren, transitan con la velocidad que se les antoja y le echan encima las unidades a los automovilistas, a sabiendas de que los conductores de los vehículos menores llevan las de perder sino les dejan el paso libre.
En el caso que nos ocupa, el señor Wilberth Uicab Sánchez conducía la unidad de la “Fletera Atlante”, con número económico 114 y placas 156-DU-8, que jalaba dos remolques tipo tolva, que se encontraban vacíos.
Dio vuelta en el retorno a baja velocidad y, como señalamos, los dos remolques ocuparon los tres carriles del arroyo exterior por donde transitaba un volquete marca International, cargado con material pétreo cribado; el chofer aplicó los frenos a fondo, pero el peso de la carga impidió que el vehículo se detuviera a tiempo y colisionó contra la parte que une a los remolques, destruyéndose el frente y al parecer dañó el motor, pues escurrió aceite.
Segundos después de la colisión llegaron al lugar los tripulantes de la patrulla 6182 de la Secretaría de Seguridad Pública y el oficial Alfonso Canto Canto, perito de tránsito terrestre, quienes estaban atendiendo un percance del otro lado de la carretera.
El chofer de la fletera no aceptaba la responsabilidad, pretendía ignorar que invadió los tres carriles de circulación y argumentaba que vio al camión materialista por el espejo retrovisor y que este estaba lejos, sin embargo, dicho vehículo transitaba en el sentido opuesto y no era posible que lo viera por el espejo retrovisor.
En cuestión de minutos el tránsito de los carriles del arroyo exterior se congestionó, los uniformados cerraron con conos el retorno hacia donde canalizaban los vehículos para librar los remolques, otros pasaban frente al tracto-camión, a las puertas del inmueble a donde pretendía entrar el chofer.
Aparentemente ambos vehículos estaban asegurados, el propietario del volquete se apersonó al lugar y al parecer el problema de tránsito se resolvería en el lugar, porque poco después movieron los vehículos para liberar la vialidad.
(Fernando Poó Hurtado)