Después de más de 2 años de haber sido asesinados dos abuelitos en su residencia en la avenida Colón y un largo y atropellado proceso, que incluyó un procedimiento abreviado en el que confesaron los presuntos responsables los crímenes y que Magistrados de la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia revocaron la sentencia pronunciada ante la oposición de una de las víctimas indirectas, finalmente se declaró ayer el auto de apertura a juicio oral.
En el auto de apertura a juicio los fiscales adscritos al Tribunal Primero de Juicio demandan la pena máxima que rige en el Estado en contra de los dos presuntos homicidas, José Rodrigo Villanueva Pérez, (a) “El Rich”, y Pedro Pablo Moo Miranda, (a) “Robotín”.
En los próximos días se desahogarán las pruebas ofrecidas en la audiencia intermedia, dentro del proceso que se desarrolló en el Juzgado Primero de Control del Centro de Justicia Oral de Mérida, a cargo del Licenciado Antonio Bonilla Castañeda, quien en un procedimiento abreviado había declarado a los dos imputados penalmente responsables del doble crimen registrado el día 2 de mayo del 2016.
Lo anterior, al confesar que alrededor de las 23:30 horas se introdujeron al predio marcado con el número 502 de la avenida Colón entre las calles 60 y 62, con la intención de robar, pero al verse sorprendidos mataron a los viejitos Juan Manuel Gonzalo Campos y Casares, de 91 años de edad, y a su esposa Lucelly Peniche Pasos, de 87.
Sin embargo, la hija de las víctimas, Lucelly María del Pilar Campos Peniche, apeló a esa sentencia al no estar de acuerdo con el procedimiento abreviado y los Magistrados revocaron la condena impuesta de 30 años de prisión que se había pactado con el Ministerio Público.
Después el asesor jurídico de la nieta, quien sí estuvo de acuerdo con el procedimiento abreviado, Licenciado Emiliano Zapata Cetina, presentó un recurso de revisión, pero el Tribunal Colegiado confirmó la sentencia impugnada y se ordenó la reposición del procedimiento y finalmente se llegó a la etapa intermedia, donde se ofrecieron medios de prueba a desahogar en el juicio, que dio inició ayer en el Tribunal Primero, a cargo de los jueces Níger Desiderio Pool Cab, Fabiola Rodríguez Zurita y Nidia Fuentes Celis.
En la audiencia de apertura, a la nieta de las víctimas, Lucelly Estefanía, se le pusieron a la vista por parte de la Fiscalía varios indicios como lo son fotografías, pantalón de pijama, cubiertos y demás utensilios.
Habló de cómo eran sus abuelos desde cuando vivió con ellos y cómo la trataban, alegando que a pesar de su edad eran personas productivas aún y autónomas.
Una vez que concluyó la Fiscalía se dio turno a asesores jurídicos de las víctimas y a la defensa, y nadie preguntó.
La otra víctima indirecta no aportó dato de valor alguno y la audiencia en su primer día término pasadas las 18:00 horas.
(Armando Gamboa Romero)