CAMPECHE, Cam., 2 de noviembre.- Miles de campechanos recordaron ayer a sus muertos en los cementerios de la capital del Estado, cada uno con sus diferentes maneras de recordarlo, algunos con misa, cantos, rosarios o simplemente limpiando el espacio que ocupan, en algunas de ellas aún se escuchan los llantos de los hijos o de los padres.
En un recorrido por diversos cementerios de la ciudad, tales como Samulá, Santa Lucía, San Román y el de Silgo XXI, se pudo constatar que los campechanos siguen fieles a la tradición del Día de Muertos, donde acudieron a estos panteones para limpiar, adornar, poner veladoras, flores entre otros artículos que revisten este día.
Doña Joaquina Gómez Pérez, quien acudió a visitar a sus padres en el cementerio de Santa Lucía, relató que mientras tenga existencia siempre participará para mantener viva esta tradición que en ocasiones parece dejar de tener fuerza, pero que no se debe dejar morir.
“Primero que nada yo desde el miércoles puse el altar a mis papás, les hice su chocolate, su pan dulce, gelatina, le di sus dulces, todo lo que a ellos les gustaba en vida y aquí están mi papá y mi mamá en su tumba. Mi papá tiene dos años que se fue, mi mamita ya tiene once años, doña Irma Pérez de Gómez. Yo invitaría a los campechanos a seguir conservando esta tradición, no deben de dejar de asistir a la visita estos días especiales”, expresó.
En el Jardines del Angel la afluencia de ciudadanos fue buena, sin embargo no masiva, mientras que en San Román también se pudo notar un gran número de visitantes, al igual que en el de Samulá y Siglo XXI.
“No vamos a decir que se llenan mucho como hace años, te estoy hablando de hace más de 10 años cuando venía muchísima gente con un montón de arreglos, flores, pero también tenemos que tener un poco de conciencia de que ya no son los mismos tiempos, ahorita la vida es cara, yo creo que esa situación ha repercutido para esta tradición”, manifestó doña Rubi Cel, desde el cementerio de San Román.
El de Santa Lucía, el más concurrido
“Rememorar a los Fieles Difuntos es estar en un clima de oración, porque la muerte habla del desenlace de la vida. No es el día, siempre debe meditarse sobre la vida”, señaló el párroco de la iglesia de Santa Lucía, José Joaquín López Arévalo.
Al oficiar la misa en el cementerio del mismo nombre, dijo que no es el día o los días para hacer este tipo de reflexiones, sino lo que debe vivir en nuestros corazones son los rostros humanos que un día esperamos ver en la casa del Padre.
Recordó que la primera lectura habla de dos modalidades de la muerte; los justos que llegaron a ser enemigos de aquellos que no creen en Dios y por lo tanto, piensan que la muerte es un instrumento para poder aplacar a aquellos que no se dejan aplacar.
En el Evangelio de hoy, señaló que separar los cabritos de las oveja, tiene un fondo moral. “Es como nuestras vidas, el bien y el mal y uno elige de qué lado quieres estar, como por ejemplo, aquellas personas que se involucran con el narcotráfico, solamente ven su interés por tener mucho dinero, sin darse cuenta del verdadero problema en el que se están metiendo”.
Advirtió que quien se abraza de una fantasía, durante la vida, Dios le insiste que abrace la vida, quien abraza la nada no se queda más que con su propia tristeza, frustración, soledad y todas esas cosas quedan totalmente fuera de tu ámbito total. Dios aparece no sólo como juez, sino como el pastor que va por la oveja perdida.
Cientos de personas se dieron cita desde temprana hora para visitar a sus seres queridos que se adelantaron, luciendo abarrotado el panteón, dándole la bendición al finalizar la homilía el presbítero, quien los exhortó a mantener la fe y realizar las cosas con calma.
(Redacción / POR ESTO!)