Síguenos

Campeche

Viva la tradición del 'Biix” de los difuntos

HOPELCHEN, Cam., 8 de noviembre.- El “biix” o la octava es una manera de recrear una tradición que poco a poco se va perdiendo y que tiene que ver con la celebración del Día de Muertos, y se lleva a cabo una semana después de la colocación de altares.

Oferentes semifijos de productos de temporada e insumos para estas celebraciones manifestaron que las ventas mermaron, contrario a lo ocurrido el 31 de octubre y el 1 de noviembre.

Doña Socorro, quien expende productos en las afueras del mercado municipal, señaló que sus ventas no fueron las esperadas, ya que hay gente que sí quiere continuar con la tradición, pero el factor económico limita las ofrendas a los difuntos.

La informante destacó que ofrece frutas, verduras y otros productos necesarios para los altares y los pibipollos, que embolsa en presentaciones accesibles para los cheneros; gran parte de los productos que vende tienen un precio de 10 pesos, incluyendo el atado de x’pelón, que tuvo una demanda aceptable. El dulce de pan fue el único producto que vendió a 20 pesos por el número de piezas en cada envase.

Por su parte, las oferentes que se encuentran sobre la calle 19 x 20 y 18 manifestaron que sus ventas bajaron considerablemente y es que se surtieron oportunamente de insumos para los altares y los pibipollos.

Ademáas, señalaron que la situación económica está afectando las tradiciones, pero en contraste en algunos puntos de venta el kilo de pollo tuvo un precio de 40 pesos, lo que sin duda incentivó a la ciudadanía, que en un reducido número requirió los servicios de las panaderías, a donde llevaron a hornear sus pibipollos.

De su lado, Clemente Us Poot dijo que en esta ocasión del “biix” sólo preparó ocho pibipollos, cuando el pasado 1 de noviembre elaboró 18 para familiares y amigos. Además, sostuvo que en parte se debe a la economía y, por otro lado, al clima.

La octava es una tradición que se mantiene en las comunidades del municipio, principalmente por los adultos mayores, que recibieron este legado de sus ancestros y que al igual que la ofrenda de fin de mes es parte de la creencia que consiste en recibir, atender durante el mes a los difuntos y despedirlos el 30 de noviembre, cuando los difuntos dejan la tierra para regresar a su destino.

En las celebraciones se involucran familiares y amigos que siempre tienen algo que ofrendar a quienes emprendieron el viaje sin retorno.

En Chunyaxnic

celebraron el “biix”

El Hanal Pixán o el “biix”, que significa comida de la animas, es un legado que nos heredaron nuestros antepasados en los pueblos mayas y hasta la fecha nosotros en la comunidad la seguimos como es de costumbre, dio a saber el sacerdote maya don Antonio Poot Chan, en cuyo hogar elaboran la comida de ánimas durante el “biix” y “para finalizar el mes las despedimos con otra comida y siempre los pibipollos”, aseguró.

La celebración es una manera especial de recordar a nuestros familiares y amigos que se adelantaron a un viaje eterno, un acontecimiento que se da en los pueblos y “a toda luces puedes llegar a los pueblitos y ahí están hasta rezando, es maravilloso estar en unión con la familia y a veces nos podemos recordar las anécdotas de nuestros antepasados y es bonito porque después disfrutamos de los manjares de los muertos, como si fuera el 1 de noviembre”, insistió don Antonio, quien con sus hijos elaboraron los ricos pibes.

Según la historia, del 31 de octubre al 2 de noviembre, las ánimas reciben los permisos para llegar a casa de sus familiares, donde se encuentran los alimentos típicos de la región, y por lo decorado de la mesa, se siente el aroma cuando el primer día, el 31, se le llama “Hanal Pala” o comida de niños; el día primero de noviembre “Hanal Nohoch”, para los grandes y, después, el “biix” o “Hanal Pixán” de las animas, y es costumbre tener velas de cera en casa.

Los pueblos, en esta época en que se tiene maíz nuevo, realizan atole; en este caso se comió hoy el famoso “Horoch”, flor de calabaza con calabaza tierna hecha en “cool” con pollo; adentro es un delicioso banquete, lo que se da por tener cosecha fresca y tierna en pleno noviembre y para nosotros, en cada hogar, se tiene en el altar la comida predilecta de los mayas, y seguimos el legado que se nos heredó y, en cada rincón de Bolonchén, se realizaron los pibipollos y en otros pueblos también, lo que se debe perder, finalizó don Antonio.

(Jorge Alberto Uc Moreno / Jorge Amado Caamal Ek)

Siguiente noticia

Fin a conflicto Santa Genoveva-Crucero San Luis