LA JOYA, Champotón, Cam., 14 de julio.- Tras un fuerte operativo sorpresa realizado la tarde del sábado en la comunidad de La Joya, en tres de los cuatro clandestinos existentes en este lugar, los elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI) lograron la detención de siete personas, entre ellos tres parroquianos que intentaron defender a dos meseras, quienes traían grapas de cocaína dentro de su ropa interior (pantaletas), lo cual fue descubierto por los animales caninos, así como al barrista y a la encargada del negocio.
Este operativo causó sorpresa entre la población al ver entrar y salir, en no menos de una hora, un total de 15 unidades, llevando en sus góndolas mesas, sillas, neveras, rockola, cervezas y hasta licor.
El decomiso fue en casas particulares que tenían lo anterior acomodado para la venta de cervezas en esta comunidad de La Joya, donde las familias habían denunciado la venta clandestina de alcohol.
Lo que derramó el vaso, según las propias familias, fue que personal de la Comisión para la Protección contra Riesgo Sanitarios del Estado de Campeche (Copriscam) estuvo hace unos días y clausuraron un expendio, pero no atendiendo la queja de las familias, ya cuando llegaron, los cuatros clandestinos permanecieron cerrados, porque dentro del Ayuntamiento de Champotón hay una persona que los pone en alerta cuando hay operativos en las cantinas por las comunidades.
En esta ocasión sólo un clandestino se escapó y, según las familias, es el que tiene a cargo la famosa Tatiana, aunque ésta ya casi no abre.
El clandestino conocido como “El Abuelo Márquez”, fue el primero que se tomó por sorpresa, donde se detuvo a las 7 personas señaladas líneas arriba, de las cuales hasta el momento dos fueron dejadas en libertad, pero continúan las investigaciones.
Los detenidos fueron Miranda López, Guadalupe Márquez, los tres parroquianos y las dos meseras que escondían la droga, una de las cuales es de Champotón.
El segundo clandestino fue el de Juan Sastré, ubicado enfrente del parque que colinda con la fábrica del Ingenio Azucarero La Joya, y el de la señora Irene, ubicado enfrente de la única tortillería de la población.
La acción fue rápida, en no menos de una hora, porque las veces que personal de Gobernación lo hacía, cuando los agentes llegaban a esta comunidad, todos esos clandestinos los encontraban siempre cerrados, porque las mismas autoridades les daban el pitazo.
(Erasmo Cruz Díaz)