Especialistas de la propia Universidad Autónoma de Carmen (Unacar) alertaron por las violaciones a las normas ambientales que se comenten por parte del rector de la institución, José Antonio Ruz Hernández, en el campamento tortuguero “La Escollera” a cargo de la universidad desde el 2001 y ubicado sobre el tramo carretero del entronque a Sabancuy, ya que las liberaciones de quelonios realizadas ahí han sido convertidas en un circo mediático, y además de carecer de permisos correspondientes, violan la Norma Oficial Mexicana NOM-162-SEMARNAT en lo estipulado sobre el manejo de los especímenes y los protocolos de liberación.
Trascendió que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ya lanzó un llamado de atención a la Unacar y al rector Ruz Hernández respecto a los eventos realizados en el campamento “La Escollera” el pasado 8 de agosto con autoridades estatales y municipales pero sin cumplir con la norma oficial mexicana, y ayer sábado 31 tenían programado otro evento con organizaciones rotarias.
Como responsable también estaría involucrado el responsable del campamento y director de la escuela “Manuel J. Pinto”, Alonso Díaz Molina, quien organizó el pasado 8 de agosto un evento de liberación “simbólica” de tortugas, que contó con la presencia de la presidenta de la Junta Municipal de Sabancuy, Angélica Patricia Herrera Canul; la titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Cambio Climático del Estado (Semabicc), Ileana Herrera Pérez; el rector José Antonio Ruz Hernández y el procurador del ambiente del Estado, José Eduardo Bravo Negrín.
Todos ellos violaron lo estipulado en la NOM-162-SEMARNAT, específicamente en el capítulo de Especificaciones de Manejo, en los puntos “6.8.5.2 que las manos de las personas que liberen las crías deben tener las uñas cortas, libres de protector solar, loción, repelente, cremas para la piel o alguna otra sustancia química (…) 6.8.5.4 En la liberación, se debe permitir a las crías desplazarse por la arena húmeda y entrar al mar sin ayuda. 6.8.5.5 Cada vez que se lleve a cabo una liberación, ésta debe realizarse en puntos diferentes de la playa y preferentemente separados por varios cientos de metros de los anteriores”, incumplidos por la Unacar en sus liberaciones.
Daños
Académicos universitarios señalaron a este medio que no se cumplió con la distancia que deben tener las tortugas para al nacer recorrer la playa y crear un proceso que se llama impronta, en el que dejan una huella y es un mecanismo de orientación, un olor que dejan en la playa que les permite volver a la misma en la que nacieron a reproducirse; en fotografías del pasado 8 de agosto se observa que las mismas autoridades hicieron la liberación al borde de la playa, rodeados de gente, en un único punto y con la invasión de las autoridades y cámaras con flashes justo donde liberaban a las crías.
Se están haciendo muchos esfuerzos desde organizaciones, academia e incluso instituciones por recuperar las poblaciones de tortugas, pero eventos masivos y mediáticos que incumplen los protocolos sólo dañan a las nuevas generaciones de la especie, eventos en los que hay dinero de por medio. Denunciaron.
Ilegalidad
Lamentaron que no es el ejemplo que debería dar la Universidad carmelita, pues la propia institución promueve eventos ilegales al incumplir la normatividad.
(Texto y fotos: Redacción /
POR ESTO!)