En el cementerio de Pomuch, el presbítero Fernando Mex Colli, párroco de la Parroquia de la Asunción, llamó a los fieles a vivir el Día de Muertos como un tiempo de reconciliación con Dios. “Estamos a tiempo de confesarnos, de demostrar amor y ser amados; cuando la muerte nos alcance, ya estaremos reconciliados”, expresó durante la homilía.
El sacerdote recordó a los difuntos de la comunidad, entre ellos a Abraham López Uitz, Fernando Cohuo Vargas, Carlos Chi Balal, así como a sacerdotes como Pedro del Río y Basilio Ochoa, quienes —dijo— “ya descansan a la diestra del Padre”.
La misa dominical inició a las 9:00 de la mañana y concluyó con la bendición de criptas, bóvedas y tumbas, realizada por ministras religiosas como doña Manuela Canul Chi, mientras las familias colocaban flores y veladoras.
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La vida después de la muerte
En la ciudad de Campeche, frente al cementerio de la colonia Campo de Aviación, el presbítero David Vivas Hernández, de la Parroquia de San Antonio de Padua, celebró la Misa de Todos los Santos por séptimo año consecutivo. “La muerte es cerrar los ojos a este mundo, pero lo mejor es abrirlos a Dios, quien nos ha dado vida y nos creó a su imagen y semejanza”, afirmó.
Alrededor de 300 personas participaron en la ceremonia, donde se leyeron los nombres de cientos de difuntos. El sacerdote exhortó a los presentes a no cansarse de buscar “el bien, la justicia y la verdad”, recordando que la última palabra para Dios no es la muerte, sino la vida.
Tras la misa, recorrió las cinco secciones del cementerio para bendecir tumbas, criptas y gavetas.
Hopelchén y comunidades rurales
En Hopelchén, el único cementerio de la ciudad recibió a cientos de personas que llevaron flores, agua y veladoras para honrar a sus familiares. Vecinos como Antonio González Cauich, Ermilo Maas, Juan Luis Koh Romano y Elayne Medina destacaron que esta tradición no puede pasar desapercibida.
Por segundo año consecutivo, no hubo venta de flores ni veladoras en las afueras del camposanto, lo que dio un ambiente más íntimo a la conmemoración.
Asimismo, se celebraron misas Post Mortem en los cementerios de Dzibalchén, Bolonchén de Rejón, Ukum e Iturbide, además de varias comunidades rurales del municipio, donde también se colocaron ofrendas y se realizaron oraciones por los fieles difuntos.